jueves, 30 de agosto de 2007

Abreviadme la esperanza

JRJ la escribiría por lo que fuese, por supuesto. Pero no me digan que esta canción, la nº 29 de Estío, no es, hoy por hoy, la oración de un cristiano fervoroso (y un poco hasta las narices, todo hay que decirlo) ante tantas noticias algoreras sobre el cambio climático, ¿eh?
Deprisa, tierra, deprisa;
deprisa, deprisa, sol;
descomponed el sistema
que me espera a mí el amor.

¿Qué importa que el universo
se trastorne, tierra, sol?
Todo es humo, sólo es gloria
que me espera a mí el amor.

¡A la nieve con la espiga!
¡Anda, tierra; vuela, sol!
¡Abreviadme la esperanza,
que me espera a mí el amor!

miércoles, 29 de agosto de 2007

Macancoa

Esta semana no tenemos cenas, ni siquiera benéficas, y en el chiringuito atienden enseguida. Los rayos y truenos del sábado no han sido, pues, el único aviso de que el verano se va. Comenzó la promoción más agorera del año, la de la vuelta al cole, con esos pequeños hipócritas que se ríen en las vallas publicitarias no se sabe de qué. Se encuentra aparcamiento, sí, pero anochece antes y la política ha vuelto a las portadas, por no hablar de la sombra de ETA. Iba a ser el verano más caluroso de la historia y resultó más bien fresquito. Lo que se calienta por momentos es el clima social: prepárense para un invierno candente, con elecciones a la vuelta de la esquina.

Lo cual aumenta, si cabe, la macancoa o la melancolía o la murria de los que seguimos de vacaciones y que vemos, impotentes, cómo se escurren los días. Se habló del síndrome pre-vacacional para describir el mal humor y la impaciencia que antecede al merecido descanso. Ahora los suplementos, para animar, supongo, describen con todo lujo de detalles el síndrome post-vacacional: los insomnios, las depresiones, las taquicardias. Y eso que nos quedan unas horas en las que podríamos hablar largo y (todavía) tendidos del síndrome vacacional, de la desazón psicológica que produce la sospecha de que no estamos divirtiéndonos hasta la última gota de nuestro tiempo libre.

La posmodernidad es ir de síndrome en síndrome hasta la neurosis final, pero el que esté libre de síntomas que tire la primera piedra. El síndrome vacacional afecta hasta a los más estoicos, y es que está descompensado esto. Dividimos mentalmente el año en dos: los meses laborales frente a las vacaciones. Los primeros son más y abusan como cobardes. Nosotros, de tanto correr para ayudar a agosto a hacerse único, inolvidable y capaz de aguantar la mirada de los otros meses, acabamos derrengados.

La tentación ahora es rendirse y recitar los versos de Jaime Gil de Biedma: “Pero después de todo, no sabemos / si las cosas no son mejor así, / escasas a propósito... Quizá, / quizá tienen razón los días laborables”. Aunque tampoco hay que entregarse incondicionalmente. Lo ideal sería disfrutar sin ansiedad de cada instante: del trabajo, qué remedio, y también, aunque sea más complicado, de las vacaciones (lo que a estas alturas, es ya un consejo para el próximo verano, me temo).

Porque, puestos a hacer en cada momento lo que toca, hoy toca macancoa. Esta traca final de melancolía tiene su romanticismo, su encanto tristón, su aire a tarde de domingo y, a fin de cuentas, su dulzura. Tiene ese punto de dulzor de los higos y las uvas, los frutos de estos días.
[Joly]

lunes, 27 de agosto de 2007

Panaíso

—Me parece que estoy anoréxico, porque me veo gordito…
Pero a Leonor no le ha hecho la broma ni pizca de gracia. Es más, me ha mirado con ganas de mandarme inmediatamente al endocrino. Viendo lo que se avecina, he sentado de nuevo mis principios:
—Vale, estoy dispuesto a cualquier régimen, pero el pan y el vino son sagrados.

Y más si cabe desde que el otro día, en moto, mientras hacía slalom entre los coches del atasco con Aquilino Duque (nada menos) de paquete, dejé atrás la furgoneta de una panadería con este logotipo:


El nombre comercial me tiene encantado. No sólo por sus resonancias dantescas ni porque el edén de mi infancia sean recuerdos de un patio de panadería, sino también porque ha empezado a servirme como jaculatoria eucarística, como trampolín de la alta fantasía.

domingo, 26 de agosto de 2007

Truenos y rayos

Ayer no hubo tormenta de ideas en este blogg y entonces empezaron a caer del cielo rayos y truenos, tantos que era un espectáculo. Un pagano, si vanidoso, hubiera sacado unas consecuencias muy halagadoras. Pero como no creo apenas en los dioses antiguos, aproveché la ocasión para irme a vivir a un poema de la inolvidable primera época de Felipe Benítez Reyes, que venía al pelo:

..............TORMENTA DE VERANO

Confiados al sol y a las noches de estrellas,
¿quién diría que ahora oiríamos la lluvia
nuevamente, venida de improviso, cayendo sobre el mar?

Gotean las sombrillas en la playa,
cruza una barca blanca la bahía,
un castillo de arena se deshace.

¿Quién diría, sí, que hoy, día de agosto,
podría palidecer el oro del verano?
¿Quién podría esperar esta tormenta,
lamento de qué dios?
-----------------------Solemne lluvia dorada
que ahora, sin motivo, nos recuerda
que nuestra edad de estío
camina hacia el otoño, que a los días
de sol y juventud siguen las sombras
y la vejez, y un alba indeseada.

Los bañistas bromean en la orilla.
Yo diría, sí, que el primer verso es un significativo homenaje al último de la Divina Commedia; que el blanco de la barca es un acierto, porque los días de lluvia limpian mucho; que yo hubiese adjetivado a la solemne lluvia de "plateada" o menos; y que ese "sin motivo" es un desacierto retórico, cuando el motivo está más claro que el agua de los charcos recientes: lo explica con detalle el poema.

viernes, 24 de agosto de 2007

Lapsus lingue

Debió de ser la opípara comida y el subsiguiente sopor, porque cuando entraba —dos pasitos para alante, un pasito para atrás— en el mar —qué agua helada— me equivoqué y dije, tembloroso:
—No me dará un cargo de conciencia, ¿verdad?
Leonor, como a la ocasión la pintan calva, me espetó:
—Pues tú sabrás lo que has hecho...
Tras lo cual, no me quedó más remedio que zambullirme del todo, arrostrando la posibilidad de un corte de digestión.

jueves, 23 de agosto de 2007

La nostalgia es punzante

La primera impresión, por sorpresa, es un escalofrío. O quizá un calambrazo. Como entonces, me aguanto y no me quejo: lo comento, sí, con los demás (y ahora con vosotros). Luego empiezo a sentir yo solo un calor extraño, como que palpita, medio doloroso, medio melancólico, medio feliz, si cabe. Se concentra la nostalgia en un punto: parece que se hincha. Me la acaricio y parece que se alivia. Qué vívida nostalgia ésta de veranos antiguos, cuando de niño andaba descalzo y de pronto sentía, como hoy, la picadura de una avispa.

miércoles, 22 de agosto de 2007

Una alegría para Álvarez

A Cataluña, desde que se fue Pujol, le crecen los enanos. Lo del Estatut, borriquito como tú, yo soy más que tú, etc., no mereció la pena, reconoce el ex molt honorable Maragall. Luego han venido Montilla, los atascos, los atrasos y los apagones. El aeropuerto de Barcelona. Las casetas cedidas a los pro-etarras en las fiestas de (maldita la) Gracia. El tiburón por las playas de Tarragona. Y Magdalena Álvarez.

A la ministra de Fomento que le exijan la dimisión la trae al pairo. Ella está convencida de que la culpa de todo la tiene, naturalmente, Aznar, excepto lo del tiburón y porque no muerde, que si fuese catalanófago, ya veríamos... Lo que a la ministra Álvarez le ha dolido de veras es que el diputado de Esquerra Republicana Joan Puig la haya llamado señorita andaluza. ¡Hala, hala, lo que ha dicho! “Es casi lo peor que me puede decir”, ha declarado la ofendida.

A uno se le ocurren, como pueden ustedes imaginar, muchas cosas peores que una señorita andaluza. Yo he conocido a bastantes extraordinarias: finas, cultas, con sentido del humor, elegantes y muy trabajadoras. Incluso me casé con una, de hecho. Pero no vine a hablar de mí, sino a darle una alegría al menos a la excelentísima ministra en estos días tan amargos de su ferragosto particular. Y es que le aseguro que, diga lo que diga Puig, ella puede estar muy tranquila: salta a la vista que una señorita andaluza no es. Puestos en lo peor, sería, en todo caso, una señora y una andaluza, aunque sólo por culpa de su estado civil y de su partida de nacimiento. Nada más.

Por supuesto, no va con ella lo que cantaba un hermano que parece que tuvo don Antonio Machado: “De mi alta aristocracia, dudar jamás se pudo./ No se ganan, se heredan, elegancia y blasón.../ Pero el lema de casa, el mote del escudo,/ es una nube vaga que eclipsa un vano sol”. De esos versos es posible que sólo le interese lo del eclipse, para el que contribuye con todas sus ganas.

Como a Magdalena Álvarez no le cabía en la cabeza que un socio de ERC le imputase algo tan horrible, ofreció a Puig la salida de que él ignoraba el matiz peyorativo de la expresión. Replicó el hombre que lo conocía muy bien, porque tiene —confesó— ascendencia andaluza. El tema de la ascendencia andaluza de nuestros independentistas daría para un libro, aunque, por sus implicaciones freudianas, mejor que lo escriba un psiquiatra.

Yo prefiero centrarme en el peor de los pecados que una ministra socialista puede cometer, que es ser una señorita y para remate andaluza. La ministra Álvarez no lo ha cometido de ninguna manera. ¿Ven que fácil animarla algo? Pues para eso estamos, ministra. Ea, a mandar.
[Joly]

martes, 21 de agosto de 2007

Solidaridad

Si paseas a los perros a eso de las once de la noche, andas entre las pandillitas de preadolescentes que todavía no van de bares y se quedan de charleta y flirteo por los bancos de la urbanización. Como eres tan carroza, pasas entre ellos como el tiempo, al que no echan la más mínima cuenta. Y escuchas. Ayer con una lengua prácticamente bífida unas le estaban informando a uno que otros seguían metiéndose con él y llamándole "gordo". El muchacho era un encajador, y aguantó con dignidad. También es cierto que con aquella envergadura suya iba a ser difícil que lo tambalearan. Mis perros y yo seguimos de paseo, aunque pensando en Hobbes. Y esta mañana, por solidaridad con el chaval, empiezo un régimen.

lunes, 20 de agosto de 2007

Tarde de toros

Otra razón de la circunferencia: el público como espectáculo.
[...]
Paradoja de los prismáticos.- Lo ves más cerca pero estás más lejos.
[...]
Pues no era una metáfora: las palmas echan —yo lo he visto— humo.
[...]
Suspiro: cuando la muleta es un pañuelo.
[...]
La muchacha de Vitoria que se sienta justo detrás de mí hace este comentario dulcísimo: "Pero este chico, ¿no tiene madre?"
[...]
Cada golondrina nos recuerda irremediablemente a Gustavo Adolfo Bécquer; cada par de banderillas a don Manuel Machado.
[...]
Otra razón de la circunferencia: el asombro.
[...]
Que no entre quien no sepa geometría.- La espada como intersección.
[...]
La bandera de Francia (por Castella) en lo alto de la Fiesta Nacional. Y tan contentos.
[...]
El vencejo —negro zahíno, media luna— parecía o era talmente el alma del astado que ascendía como una flecha al cielo azul de la tarde.
[...]
La vuelta al ruedo dibuja una circunferencia a mano alzada.
[...]
Para una taxonomía.- Toreros a los que acompaña muy bien la banda de música (el valenciano Ponce); toreros a los que de ninguna manera (José Tomás).
[...]
Para otra.- Una cosa es el miedo; otra —menor— el susto.
[...]
Ne quid nimis.- Hay un punto a partir del cual la flexibilidad nos rebaja a deportistas.
[...]
Un traje feo, verde celedón y oro, por ejemplo, acaba provocando ternura.
[...]
Cuando a la salida nos enteramos de que el sustituto Alejandro Morilla había toreado —jugándose el tipo— sin cobrar, cundió una ola de solidaridad en la terna de poetas.

sábado, 18 de agosto de 2007

Inmense curiosité

Mi suegra, que está pasando unos días en casa desde principios de julio, ha conocido al novio de una prima de Leonor. Mi mujer pregunta por él y mi suegra contesta: "La verdad es que recuerda mucho a Enrique, es... normal". Vaya, normal. Voy a dar todas las vueltas que hagan falta para conocerlo, como es lógico. Siento una inmense curiosité.

viernes, 17 de agosto de 2007

Más peligro: más Radiaciones

De acuerdo con las leyes de una estética moral secreta, parece más digno, si uno cae, caer de cara que caer de espaldas
[París, 24 de febrero de 1943]

*

Dicho para nosotros, los varones. Colocados entre dos mujeres, nuestra situación puede ser similar a la del juez en el juicio de Salomón —pero nosotros somos a la vez el niño. Hemos de otorgarnos a la mujer que no quiera partirnos.
[París, 6 de marzo de 1943]

*

En este juego [el ajedrez] adquirimos el conocimiento de la superioridad del espíritu, no de la superioridad absoluta, desde luego, pero sí de una superioridad particular, de una especie de coacción lógica, y de la sorda reacción de quien la experimenta. Esto nos da una idea de los sufrimientos de los tontos.
[París, 10 de marzo de 1943]

*

El buen estilista. Propiamente quería escribir: “He actuado bien”, pero puso “mal” porque cuadraba mejor a la frase.
[París, 3 de abril de 1943]

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La parra se aferra de un modo más firme a la pared con las ramas leñosas del año pasado y de años anteriores que con las ramas que aún están verdes. Es un buen ejemplo del papel que los órganos muertos desempeñan en el plan de la Naturaleza. También lo muerto está activo y lo está no sólo histórica, sino actualmente.
[Kirchhorst, 4 de junio de 1943]

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Las atrocidades contra los judios, las cuales ponen en contra nuestra al universo entero.
[París, 22 de junio de 1943]

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La descripción de la destrucción de Sodoma: Dios dice que respetará la ciudad mientras albergue diez justos. También eso es un símbolo de la enorme responsabilidad que pesa sobre la persona singular en este tiempo. Uno puede ser garante de incontables millones.
[París, 11 de octubre de 1943]

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Una de las fuentes de la caricia nace del deseo de limpiar.
[Vaux-les-Cernay, 31 de octubre de 1943]

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El aburrimiento pasará por la criba las existencias de los libros de un modo más terrible que todos los censores, que todas las prohibiciones.
[Kirchhorst, 17 de diciembre de 1943]

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Nunca se sabe dónde acaban las cosas que comienzan con experimentos en ratas, ratones y ranas. […] De pronto nos hallamos inmersos en el viejo mundo fetichista, enormemente retrasados con respecto a Hipócrates y a su máxima del nil nocere.
[Kirchhorst, 12 de septiembre de 1945]

*

En toda traducción hay un riesgo, pero el trabajo merece la pena sólo si se asume ese riesgo. Es preciso añadir la fantasía, pero sólo como una especia.
[Kirchhorst, 15 de septiembre de 45]

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Los pasajes de mi trabajo en que hojeo diccionarios, como me ocurre hoy, quien los paga es la gata Kissa. A menudo he interrumpido su dormir en mi regazo. Así se le transmite al animalito esta verdad: que uno no puede encontrar reposo más que en sí mismo.
[Kirchhors, 15 de octubre 45]

*

Hay situaciones en que la pura existencia se convierte en resistencia.
[Kirchhorst, 30 de enero de 1946]

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Cuando uno posee una predisposición al escepticismo siempre tiene razón, por desgracia, pues todos los afanes humanos están condenados al fracaso o, por lo menos, no alcanzan la altura de la imaginación y sus expectativas.
[Kirchhorst, 31 de marzo de 46]

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[Gaston Bouthoul reclama para acabar con las guerras una liga de pueblos que limite y controle la natalidad] Naturalmente, la realización de esa propuesta no debilitaría ni la crueldad humana ni la voluntad de matar; lo que hace es más bien orientar esa voluntad hacia la línea de menor resistencia. Así también en las balsas salvavidas, cuando se llega al atentado caníbal, a quien se elige es al grumete.
[Kirchhorst. 1 de enero 47]

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Lo único importante en la salud es lo que en ella es símbolo, parábola. En ella ha de haber una pizca de aquella otra Salud que nos ayuda a vencer en la última enfermedad.
[…] De lo contrario toda curación no sería otra cosa que un aplazamiento de una partida perdida.
[ Kirchhorst, 24 de enero 1947]

jueves, 16 de agosto de 2007

Peligro: Radiaciones

Que Jünger se defienda solo, que sabía:

El realismo promete menos, pero cumple más.

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También en esto tiene la poesía más libertad que la prosa. La labor rítmica realizada en la prosa no habrá de dejar tras de sí rastro alguno.

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[Su hijo Alexander llama “tío” a todo el mundo] Los niños saben aún que todos los hombres somos hermanos.

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Cuando volvemos a un jardín que hemos abandonado. Sin nosotros florecen y maduran las flores y los frutos.

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El martín pescador. Cuando uno ve a este pequeño animal salir volando rutilante de entre los amarillentos cañaverales siente la tentación de preguntarse por qué en este paisaje tan desolado la Naturaleza ha ornamentado a esa ave como una piedra preciosa. Los científicos demuestran que existen supérstites de la época glacial —quizá queden también algunos de la época de las fábulas.

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Todas las cosas rítmicas son armas contra el tiempo; y contra él es contra quien luchamos en el fondo. El ser humano lucha siempre contra el poder del tiempo.

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Un pensamiento que se nos escapa se parece a un pez que se suelta de un anzuelo. No deberíamos perseguirlo; sigue alimentándose en las profundidades y regresa luego con más peso.

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Hay que llegar a tener en las circunstancias más difíciles una calma de salamandra para seguir leyendo. [Luego dice] si uno logra acarrear cada día varios ladrillos al cabo de setenta u ochenta años puede conseguir habitar en un palacio.

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Yo opino que para llegar a viejo es necesario permanecer joven.

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Cuando los seres humanos combaten en niveles espirituales incorporan la muerte a su estrategia. “Lo que no me mata me hace más fuerte”; y lo que me mata, inmensamente fuerte.

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Grüninger que había estado conversando con un teólogo: “El mal aparece siempre primero como Lucifer, luego se metamorfosea en Diablo y acaba mostrándose como Satanás. Es la progresión que va del Portador de la Luz al Disgregador y luego al Aniquilador.”

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Y a la postre, ¿qué es la prudencia sin la Providencia?

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Decir “Encuentro a una persona” es lo mismo que decir “Descubro el Ganges, Arabia, el Himalaya, el Amazonas”.
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El materialismo contemporáneo es el primero que mata con voluntad de aniquilación: la Inquisición era todo lo contrario.

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En lo más hondo el estilo se basa precisamente en la justicia. Sólo el hombre justo es capaz también de saber cómo hay que sopesar la palabra, cómo hay que sopesar la frase. Por esta razón a las mejores plumas no se las verá nunca al servicio de la mala causa.

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Qué extraño ajetreo hay junto a la carroña.

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Los más entienden por libertad nuevas formas de esclavitud.

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El vicio convertido en hábito es lo que conduce al automatismo.

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[Viendo los tejados de París] Con frecuencia tengo la sensación de que sólo la presión del tiempo hace que cristalice la belleza.

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Caminamos como mendigos en medio de una riqueza que es inagotable. Pero los poetas la amonedan para nosotros.

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La parte inferior de muchos animales que viven pegados al suelo, como los peces planos, los turbelarios, las serpientes, es incolora —ahorrativa pintora es la Naturaleza.

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Sin la oración le resulta imposible al ser humano no tener dobleces.
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Bien puede gastarse en libros lo que con libros se gana.

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[Sobre su hermano, el poeta Friedrich Georg Jünger] A veces, en las horas alegres, siento frente al destino no sólo la gratitud del ser humano que ha sacado un premio en la lotería, sino que siento también el asombro, el asombro de que me haya caído además un segundo premio de igual cuantía que el primero, el premio de nuestra hermandad.

miércoles, 15 de agosto de 2007

Buena noticia

El avisado lector (que suele ser lectora) pensará que en la columna de hoy, con ese título y en este día, hablaré de la festividad de la Asunción. No. Pero el que se equivoca soy yo: mira qué venir con el no news justo el día del Notición...

Qué bonita es

De nuevo el sagacísimo lector (que suele ser lectora) habrá pensado que iba a hablar por fin de la Asunción por el título de la entrada : ¿a quién le iría el piropo mejor que a Ella?

Y soy yo otra vez el que salgo por Antequera. Enlazo no más la letra del himno nacional que ha colgado Dal. A mí lo del filipino y el arroz y la colleja y media a mi querido Portugal me echan un poco para atrás, pero -paradójico que es uno- ando tarareándola por los pasillos, con especial cariño cuando lo de las monas. Otra cosa es que me termine de creer la autoría de Saramago, Bonald, Gamoneda y César Antonio Molina, no por nada, sino por el último verso del himno, donde hay un destello de poesía auténtica, ¿o es que no?

martes, 14 de agosto de 2007

Preguiça

Pereza hasta de cantar a la pereza. Y además ya lo hizo Mario Quintana:
Suave pereza que, de ser malvado
y de otras idioteces, al abrigo nos pones…
Sólo por ti, ¡qué pésimas acciones
dejé de lado!

lunes, 13 de agosto de 2007

La mujer lo mejor

No es la mala conciencia de que Leonor haya empezado a trabajar hoy de nuevo, o sólo un poco. El caso es que Jeanne, la mujer de Léon Bloy, también se echa sobre los hombros el trabajo de sus Diarios. Sus aportaciones, como avisó Baltanás, se cuentan entre lo mejor del libro. Al esposo hay que reconocerle, no obstante, el mérito no menor de haber estado tan atento durante tantos años; y de haber seleccionado para nosotros algunas frases de su señora.

30 de junio de 1894.- El tiempo es la Encarnación de la Eternidad. Idea de Jeanne.
*
3 de septiembre de 1894.- Jeanne me dice: Cuando te vas de este mundo nunca estás solo. Estás solo cuando el mundo te abandona.
*
3 de noviembre de 1900.- Los protestantes aconsejan siempre el paseo. Andar para no ir a ninguna parte, tal es, en realidad, el protestantismo. (Jeanne)
*
17 de noviembre de 1901.- A propósito de los automóviles y los trenes eléctricos, Jeanne me hace notar que las invenciones modernas tienden cada vez más a dar a los hombres los medios para huir.
*
29 de octubre de 1902.- Léon Bloy permanece. Se le ha querido matar con el silencio, el arma más cobarde y más mortífera contra un escritor. [De una reseña que ella escribe a Exégesis de los lugares comunes]
*
24 de febrero de 1903.- Martes de Carnaval, Jeanne, al regresar de la iglesia: "Recordándole a Jesús nuestra extrema indigencia, le decía: 'Dadme lo que hay en vuestra Mano, abrid vuestra Mano', Entonces, ha abierto su MANO y he visto que estaba perforada".
No he visto nada más bello en ningún escritor místico.
*
20 de junio de 1905.- De Jeanne: "El Espíritu de Léon Bloy es como una catedral en la que el Santo Sacramento estuviese siempre expuesto".
*
23 de agosto de 1905.- —Tú escribes interiormente para Dios —me ha dicho Jeanne—, y eso basta. Es lo que quiere. Los libros que no habrás podido escribir para los hombres serán leídos en la vida eterna.
*
31 de diciembre de 1915.- Si dejase de sufrir, me parecería que vivo en una casa sin techo. (Jeanne)
*
9 de febrero de 1916.- Palabras de mi mujer: "Nada pesa tanto como la nada".

sábado, 11 de agosto de 2007

Inmense curiosité

Murphy, el hideputa, no para y tengo pruebas fehacientes. El que tiene vacaciones de profesor es el barbero del rey de Suecia. Por eso, los recortes de los Diarios de Léon Bloy nos los va a radiar Jünger desde los suyos. Mientras éste escribía sus notas de la II guerra mundial, leía al francés y las influencias son constantes. Así L. B. escribe desde Dinamarca: "Los enemigos de la Eucaristía nunca sabrán hacer pan"; y E. J. observa, cincuenta años después: "Vivimos en la edad del envenenamiento del pan: lo contrario de la transustanciación". Investigar esas líneas de fuerza sería muy interesante. Lo que ahora transcribo son algunas de las referencias directas a Bloy en Radiaciones:

Acabado hoy Quatre ans de captivité à Cochons-sur-Marne, que contiene sus diarios de 1900 a 1904. Esta vez me ha llamado especialmente la atención el hecho de que las ilusiones de la técnica no afecten lo más mínimo al autor. En medio de los enjambres humanos excitados por la atmósfera de la gran Exposición Universal de 1900, Bloy vive como un eremita antimoderno. Ve en los automóviles la aparición de unos instrumentos de aniquilación de primer rango. Establece una relación general entre la técnica y la próxima llegada de catástrofes —así, considera que los medios para desplazarse con rapidez, como los motores y las locomotoras, son inventos de un espíritu enderezado a la fuga. Dentro de poco, dice, podría ser importante llegar a toda prisa a otro continente. El 15 de marzo de 1904 utiliza por primera vez el metro; admite que sus catacumbas poseen cierta belleza, pero añade que esa belleza es también demoníaca. Esa obra despierta en Bloy la impresión de que ha llegado el final de los manantiales y los bosques, de los amaneceres y atardeceres del Paraíso, la impresión del alma humana en general.
Significativa de este alma que aguarda el Juicio, esta inscripción de un reloj de sol: "Es más tarde de lo que crees".
*

He pensado en el bello dicho de Léon Bloy; según él la muerte significa mucho menos de lo que suponemos —tal vez no más que algo parecido a quitar el polvo de un mueble valioso.
*

Hablado también sobre Léon Bloy, al que Bonnard recriminó el que hubiese creído en milagros obrados propiamente para él —un rasgo que a mí más bien me complace.
*

[Su catolicismo deja de ser cristiano con tanta frecuencia] Es cierto; como a otros muchos latinos, también a Bloy podría reprochársele la desviación "española", ese endurecimiento peculiar que acaba convirtiéndose en falta de misericordia. En el otro extremo está la desviación germánica, que tiende a disolverse en lo elemental. El gran Inquisidor y Angelus Silesius.
*

Tal vez incluya a Bloy en la lista de autores a los que, como acto de agradecimiento, pienso dedicar un estudio.
*

La curiosidad por la muerte es siempre un signo de rango superior, como la inmense curiosité de que habla Léon Bloy.

jueves, 9 de agosto de 2007

Murphy ha vuelto

Y con todas las de su ley. Tomó vacaciones en julio y ahora se encuentra, como suele ser el caso, con energías renovadas. El síndrome post-vacacional es mío.

1.- Salgo fatal en las fotos, como saben, o movido o difuminado o con los ojos rojos o torcido o como soy. Pues bien, la Dirección General de Tráfico me ha echado una foto de una nitidez sorprendente, con una luz preciosa, y eso que yo iba a 129 km./h. cuando el límite estaba a 100 km./h.

2.- Dejé el coche de Leonor en el taller. Nadie dijo nada de que a los tres dían empezaban sus vacaciones... y ahora el garaje ha engullido al coche, que duerme, allá dentro, el sueño de los justos.

3.- La lavadora se estropeó el 1 de agosto. Dimos con el técnico. Era el motor. Cambió el motor. No era el motor. Era el circuito. Cambió el circuito. No era el circuito. Era el programador. Cambió el programador. No es el programador. Y aquí estamos, a día 9, rodeados de ropa sucia, con serios problemas de fondo de armario.

4.- Ayer fuimos a cenar a "El Chozo", famoso por sus doradas y lubinas a la espalda. Mis amigos de Madrid me obligaron a tomarme un filete con patatas.

miércoles, 8 de agosto de 2007

Los comepeces

Me presentan a uno que se viene a vivir todo el año a mi pueblo. Como me saben forofo de El Puerto de Santa María, piensan que me gustará conocerlo. Al principio sí. Habla de la calidad de vida y yo asiento. De lo bonito que es todo y aplaudo. De la simpatía de los lugareños y sonrío, sonrojado. Con el éxito se me crece y añade que él es partidario de la república independiente portuense. ¡Qué manía, Dios mío, con las independencias! Y se embala: “Yo prohibiría la entrada a los turistas”. Ah, no, de eso ni hablar, muchacho.

Los turistas son tan de aquí como los vencejos, que vuelven por los calores y se marchan con la fresca. ¿O es que las especies migratorias no forman parte de la fauna local? Además los turistas son uno de nuestros principales atractivos turísticos, sobre todo en su rama noble, llamada veraneantes. Bien valen algún atasco.

En el sector servicios se les conoce como los comepeces por su afición sin fondo a los productos marinos. Se trata de un mote cariñoso, ganado a pulso. A los que en vez de irnos nos quedamos de veraneo nos traen el mundo a casa, como la montaña a Mahoma. En la playa, nos cuentan lo que trabajan y lo estresantes que son los negocios. De ese modo, uno, sin grandes esfuerzos, se va enterando de cómo funciona la cosa. Un poco se adornan y enrollan, la verdad: se ve que han comido ya bastante rodaballo.

Por fortuna sus niños caen, lloran, corretean por la orilla, golpean al primito y, después de un rato, exigen su atención. Resulta realmente edificante ver cómo estos hombres, que llevan a cuestas la economía nacional, pasan sus semanas de descanso corriendo detrás, delante, al lado o en busca de sus retoños. No exhaustos aún, los pasean, por las tardes, en bicicleta. No es por capricho, sino que necesitan el aporte de proteínas de una buena mariscada.

Y sus señoras, a las que conocemos desde la inolvidable adolescencia, cómo charlan. Debe de ser por la de lenguados que se toman. El feliz acento andaluz es audaz, vale, pero lo valiente no quita lo cortés: con qué suavidad sugerente y suntuosa susurran ellas esas “eses” sucesivas que por lo visto sí existen en nuestra lengua.

Hay un momento muy entrañable en las cenas. Después de haber pedido puntillitas, que en Madrid no hay, y unas almejas a la marinera nos preguntan: “Vosotros en invierno, ¿qué hacéis?” No es que crean que sin su presencia nos aburrimos como ostras, qué va. Es que no se imaginan esto con horarios laborales, citas en el dentista o tardes de lluvia. Desilusionarlos de golpe no conviene. Para ir poco a poco, yo les digo que en invierno básicamente lo que hacemos es pedir, por fin, filete con patatas.
[Grupo Joly]

martes, 7 de agosto de 2007

La extraña pareja

Oh navegantes del mundo, conocer lo que tecleáis en Google no sólo es gracioso. Hay búsquedas que valen por un ensayo, como la de aquél que entró aquí tras esto. Me descubrió lo mucho que ambos autores tienen que ver: tanto como la cara y la cruz de una moneda. Quien afirmó que el estilo es el hombre se cubrió de gloria. Sus estilos son por el estilo (las exageraciones enternecedoras, el humor salvaje, la exuberancia, la brillantez, el quiebro lógico), pero hombres más opuestos no los encuentras. Como Demócrito y Heráclito, uno se ríe siempre y otro llora sin cesar. Pero qué buena pareja hacen. Irían sin duda a la misma fiesta (la de la única literatura) y al cítrico Cioran le darían, naturalmente, el premio Limón y a Chesterton el premio Naranja. Saldrían tan amigos, discutiendo.

domingo, 5 de agosto de 2007

Jo con Hölderlin

Cuando se es joven se escribe más porque se leyó menos. Llevaba meses dándole vueltas a la allodetta de Dante y a hacer un poema sobre un poema tan bueno que después uno pudiese callarse en paz. Pero no lo haré. Ayer se lo leí a Friedrich Hölderlin.
.......................A LAS PARCAS

Concededme un verano, sólo uno, ¡oh poderosas!,
y un otoño en que pueda mi canto madurar;
sólo de esa manera, saciado con tan dulces
juegos, el corazón aceptará la muerte.
Alma que en vida no disfrutó sus derechos
divinos, ni en el Orco logrará descansar;
mas si logro plasmar lo más querido
y sagrado, el poema, ¡bienvenidos seáis,
silencios de las sombras! Porque yo estoy contento
si mi música, al menos, no se pierde:
una vez, por lo menos, habré vivido igual
que los dioses, y nada más me será necesario.

sábado, 4 de agosto de 2007

Google y yo

Ayer me hice el interesante, lo reconozco, pero es que Dante me pierde. Si escribo todos los días no es solamente por el elevado lirismo de la alondra. En parte se debe a mis arraigados prejuicios de clase media. A uno le han enseñado a atender a las visitas. En cambio, a los que llegan a través de google, pobres, los decepciono casi siempre sin remedio (y juro que lo siento). A los mexicanos que buscaban una adivinanza les dí lo que pude. Pero ¿cómo saber lo que andaría buscando quien tecleó gloria lotero + caso rayo? O ¿cómo satisfacer, si uno es vitalista hasta la muerte, al que se enredaba en pensamientos mortuorios? Y qué hago precisamente yo con de que manera compruebo la existencia de grietas en una culata de un motor, madre mía. Sé bien lo que haría con el bestia de perro beagle no reacciona a los golpes: seguro que él sí reaccionaba. Para golpes, el de este internauta que busca grupo númenor beatos, je, je. Un golpe frontal se habrán llevado los pillines que teclearon top-less salou o top-less suecas o incluso top-less amigas. Y finalmente, sin ánimo de ser exhaustivo, despierta lástima (y esperanza) el susto de quien googleando mujeres haciendo lamor vino a darse con Dante y L'Amor che muove il sole e l'altre stelle.

viernes, 3 de agosto de 2007

Allodetta

Como si no tuviera bastante con los consejos provacacionales de los que me rodean (en todos los sentidos), en la red JM Macías y Arp —tu quoque fili mi— han notado ya mi inaccesibilidad al desaliento: “pero pero ¿este Enrique no vaca?” Me haría el juanramoniano si la pose me quedara bien: “Qué pereza… de dejar de trabajar”, repetiría malva y crepúsculo o amarillo o azul. Lo repetiría de cualquier forma con tal de que no me apliquen la dichosa solución de estos tiempos, que consiste en asignar enfermedades y adicciones. Diagnóstico: grafomanía. [For English Speakers: Wordaholism.] Modestia aparte, alegaré que lo mío es más bien dantesco. Lo explicó el poeta con aquella alondra que canta y después, saciada, calla:
Quale allodetta che ‘n aere si spazia
prima cantando, e poi tace contenta
dell’ultima dolcezza che la sazia.

......................................[Para. XX. 73-75]
Lo que ocurre es que no he encontrado hasta ahora entre mis líneas esa última dulzura. Por eso sigo aquí, en el aire, cantando.

jueves, 2 de agosto de 2007

Una lección en la playa

Una manera muy eficaz de subrayar algo es difuminarlo o, incluso, callarse. Lo había oído miles de veces, claro, pero verlo es otra cosa. Estoy en la playa, bajo mi sombrilla, leyendo lo que puedo, rodeado de enjambres de enajenados niños ajenos que se me sientan al lado, escarban, gritan, corren y me llaman, encima, tío Enrique. Las mujeres hablan de política. De pronto, una de ellas baja mucho la voz para musitar la palabra “lesbiana”. Todos los niños, inmediatamente, dejan de tirarse arena, y escuchan.

miércoles, 1 de agosto de 2007

La Mareta

De Zapatero ni los andares, lo reconozco. Unas veces mis rechazos son estrictamente intelectuales, como a sus incomprensibles negociaciones con ETA. Otras estéticos, tal mi estupor por esa su afición a los poetas penumbrosos. Penumbrosos como poetas, quiero decir, porque por la vida andan nimbados de la luz dorada del premio Cervantes o de la cartera del Ministerio de Cultura.

Y otras veces son cuestiones menores que yo llamaría de carácter, de temperamento, de estilo, que llamaría de cualquier forma con tal de no usar la palabra “talante”. Con éstas no pretendo, como es lógico, estar en posesión de la verdad, pues para gustos hay colores y corbatas. Lo curioso es que, contra toda ley de probabilidades, entre el presidente del Gobierno de España, que legítimamente me representa, y yo, su humilde representado, no exista ni una mínima coincidencia jamás.

En nuestras filosofías del veraneo tampoco. A Zapatero le incomoda repetir más de dos años un mismo lugar de vacaciones y se inclina, como buen progresista, por el cambio continuo. Por eso ya no irá más a La Mareta, en Lanzarote, donde se gastó sus (nuestros) buenos 271.000 euros en reformas, piscinas y cancha de baloncesto. Ahora se nos viene al Coto de Doñana, como un señor.

Quitando a su Majestad el Rey, que me gustaría que se pasase por Ceuta y unas semanitas en San Sebastián, a mí en general eso de ir de la ceca a la Meca me resulta una inquietud bastante rara. Rara e inútil, porque uno va siempre consigo mismo y, por tanto, sólo muda de escenario. Para Zapatero, yo seré un inmovilista, qué duda cabe; para mí, él se pierde el placer de reencontrarse cada agosto con los viejos amigos y las gratas costumbres, si las tiene. El presidente, antes de subir al jet oficial, se susurrará algo de Gamoneda que hable (vagamente) de adentrarse en lo desconocido. Yo, al bajar a la playa de mi infancia y de mi adolescencia, me repetiré estos versos de Cernuda: “Mas ¿qué importan a mi vida las playas del mundo? / Es ésta solamente quien clava mi memoria”.

Este año a ZP ese incesante turisteo suyo le viene de maravilla. En Canarias las elecciones las ganaron los socialistas, pero como él se negó a aceptar la propuesta de Rajoy de que en todas partes gobernase la lista más votada, dejó a los suyos planchados, sin gobierno autonómico. Una cosa es una visita oficial obligada y rápida, y otra estar tomando baños de sol tras los fuegos en Tenerife o Gran Canaria o mientras llegan oleadas de cayucos. Cuando uno es tan sedentario como yo, sospecha que los que viajan sin cesar huyen de algo. Será, no digo que no, una impresión falsa, como tantas que produce este hombre.
[Joly]