domingo, 5 de julio de 2009

Defensa del sms

No me escapo de la metaliteratura ni en los peores momentos. Muchísimos pésames que me están llegando vía sms o e-mail se avergüenzan y disculpan: "Esta no es la forma más apropiada". En mi contestación tengo que hacer, por tanto, una defensa de las nuevas tecnologías. La hago esgrimiendo a Bloy: "Un acto de amor nunca es ridículo" y un gesto de cariño y compañía, venga como venga, nunca, nunca es inapropiado.

Muchas gracias a todos.

10 comentarios:

Jesús Sanz Rioja dijo...

Pues vaya el mío por vía blog. Considérate abrazado.

Tlön dijo...

Y bravo por tu lluvia impresa. Merece la pena el cambio de formato: curiosas fluctuaciones de los marcos.

Tlön

Tlön dijo...

Me sumo al abrazo, en lo que pueda tener de reconfortante, vía comentario en un blog. Espero que sirva: mucho ánimo y cariño.

Tlön

ACdR dijo...

Mis condolencias, Enrique, pero qué hermoso retrato. Y este blogg es prueba de que tú también consigues sacar tiempo para atender a todos... Un abrazo.

Escoliasta dijo...

Me sumo a las condolencias que está recibiendo. Desde luego el medio no es lo más importante. Un abrazo.

JSM dijo...

Un gesto de cariño, independientemente del modo que llegue, siempre es bien recibido.

Un abrazo.

carmen dijo...

Emocionante retrato de tu madre en el que no falta admiración, sentido del humor, fe y todo aquello que condimenta tu grandeza, sin la menor sensiblería. ¡Qué dificil!

E. G-Máiquez dijo...

Gracias a todos por vuestra compañía. Abrazo fuerte

Anónimo dijo...

Recibe mi más profundo pesar por la muerte de tu madre.
Después de casi un mes,consigo conexión y me encuentro con esta mala noticia.
Esta noche al toque de oración, me acordaré de ti, sobre todo de ti.

Un abrazo enorme, amigo.

Manupé.

Anónimo dijo...

Tras mucho tiempo sin leerte, ayer me entrisitecí con la noticia de la pérdida de tu madre. Esta noche hasta he soñado contigo. Hace muchos años (muchos) cuando te conocí, me hablaste un dia de ella, y me pude hacer una idea de la persona excepcional que era y de la influencia que tenía en ti. Imagino tu sentimiento ahora de tristeza. Pero qué suerte haber tenido una madre como ella.