jueves, 16 de septiembre de 2010

Versos que el viento me trajo

Un comentarista del BB (blog Baltanás), en una entrada que se ha volatizado, añadió a la añada 2010 de libros de poesía, un título de Karmelo C. Iribarren. Es el negativo de Carmelo G. Acosta, o la kruz de su cara (el canto es de los dos). El caso es que me gusta mucho K. C. I., y era, encima, un libro para niños: Versos que el viento arrastra. No me pude resistir y se lo encargué a nuestra librera preferida. Y entre unos y otros vientos me llegaron sus versos, muy sazonados de greguerías, entre los que el barbero del rey de Suecia nos ha seleccionado tres poemas:
.......LO QUE DICE LA FAROLA

Qué vida
más arrastrada:

de día
los perros
y de noche
los borrachos.

Por qué
no nacería
lámpara.

............***

.......LA TRISTEZA

Un gorrión
muerto
en la acera:

Un truco de la tristeza
para decirnos que existe,

sin ponernos
muy muy tristes.

............***

.......DÍAS CORTOS, NOCHES DIMINUTAS

Qué cortos parecen los días
y qué diminutos los noches
cuando vas sentado en un tren
que pasa por muchos túneles.

............***

.......LAS ESTACIONES

Las estaciones
sirven
para tres cosas muy importantes:

para que lleguen los trenes,

para que se vuelvan a ir,

y para que lloren los enamorados.

8 comentarios:

ACdR dijo...

Buen hallazgo, Enrique. Yo lo encontré este verano en la librería Diagonal de Segovia, donde tenían varios ejemplares en lugar destacado porque tuvieron la presentación con el editor allí mismo. Me llevé uno corriendo, porque le tengo mucho cariño a Karmelo, un poeta tan atento con quien le lee como con la ciudad donde escribe (que, en nuestro caso, es San Sebastián).

Además de los que mencionas, a mí los que más me gustaron fueron los de las gotas de lluvia y el mar, y el de los peces por los pasillos del hotel (tal vez porque los leí en secano). Y ha sido el primer libro de poesía de mi hijo mayor, de 9 años recién cumplidos. Se lo merendó en un instante. En fin, creo que con este libro Karmelo ha conseguido algo bastante difícil: una colección de poemas inequívocamente suyos al mismo tiempo que para todos los públicos.

¡Feliz lectura!

E. G-Máiquez dijo...

¿Y le gustó a tu hijo? A mí me ha gustado mucho, pero tenía la duda si a un niño le llegaría esa tristeza dulce de Karmelo. Ay, se me olvidó seleccionar el poema de las estaciones, que enseguida subo, y que es un buen ejemplo de eso que digo, creo.

Mora Fandos dijo...

Bonito, bonito. Gracias.

ACdR dijo...

Le gustó, sí, y su preferido fue "Cuando llega la tormenta". Pero creo que aún no está preparado para la poesía, o al menos para leerla él solo: todavía está en esa fase de gozoso descubrimiento de los libros y no para de devorar, leyendo rápido y a todas horas. Yo encantado, le paso todo el género que puedo, pero de momento confío más en la variedad que en la calidad. A la poesía llegará cuando aprenda a leer más despacio; eso al menos me pasó a mí.

Y sí, tristeza dulce, pero también transparencia, misterio y un sobrio sentido del decoro nada habitual...

Kris Kelvin dijo...

A mi me ocurre lo mismo, me gusta mucho este libro, pero me cuesta imaginar que a los niños les llegue. Quizá los subestime (a los niños, digo)

Un saludo

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Me gusta mucho K.C.I.

Saludos.

Juan Ignacio dijo...

Muy lindas. La última me hizo acordar a aquella canción de Milton Nascimento que dice:

Llegar y partir
Son sólo dos lados de un mismo viaje
El tren que llega es el mismo tren de la ida

La hora del encuentro es también despedida
La plataforma de esta estación
Que es la vida de este mi lugar
Que es la vida de este mi lugar,
que es la vida.

JuanMa dijo...

La del gorrión muerto me ha recordado esta de José Jiménez Lozano:

Un gorrioncillo muerto
pesa lo que un ángel en la mano;
como una montaña inmensa,
en el ánima.