jueves, 30 de junio de 2016

La familia Cats


Confieso en el Diario mi reciente obsesión por la Blixen. En Carnaval y otros cuentos (Nórdica) hay varias obras maestras. Yo destacaría (por ahora) "El hombre obeso" y, sobre todo, "Tío Séneca"; pero los girardianos andantes del mundo tenemos que tener mucho cuidado con "La familia Cats", que habría asombrado al mismísimo René. Relaciona, como quien no quiere la cosa, riéndose, como siempre ella, la institución de la oveja negra de las familias respetables con el chivo expiatorio exacto, y, así, como si nada, lo entronca con el sacrificio y el unum pro multis dabitur caput y con una religiosidad no católica. Es literalmente pasmoso.


El hombre de la casa



Hoy no he llegado a casa a cenar, de lo que me alegro. Me han contado que Carmen se empeñó en tomarse un san jacobo ella sola, y que su madre y su abuela le decían que iba a ser demasiado. Mi suegra, entonces, le dijo: "Carmen, comes con los ojos, como hace tu padre". Y aquí ha intervenido Quique, que le ha preguntado, con toda la intención a su madre: "Mamá, ¿a que tú conoces a papá mejor que la abuela?"


miércoles, 29 de junio de 2016

Obeso



Como en el Oeste he de desenfundar yo primero con mis preguntas, si no quiero que Quique me acribille. Ayer, aprovechando un descuido, me espetó: "¿Papá, qué es la fe?" Yo he descubierto una mina preguntándole por el significado de palabras que desconoce. Parece que no le gusta decir: "No sé" y se tira a la aliteración. Un "extranjero" es un tipo de jardinero y un "hombre obeso" (a raíz del cuento de Isak Dinesen del mismo título, que empecé a leerle) es un señor muy besucón...


martes, 28 de junio de 2016

Los últimos carcas y otras anáforas


El número 8 de la revista Anáfora me ha dado aún más alegrías de las que siempre espero de ella.

Para decir rápidamente la breverdad, qué alegría más grande que Cristian David López hable de mis Palomas y serpientes.






Luego está esta medio crónica policíaca, medio reseña de Rodrigo Olay a Cosas que me has contado:





Y, por último, qué vaso de agua fresca reconocerme en esa red de "blogs carcas", que detecta el siempre atento Martín López-Vega, y que debe de ser lo único carca que queda en este paraíso socialdemócrata.


lunes, 27 de junio de 2016

El mejor análisis


Tenía seleccionado para mi conferencia compostelana, pero no me cupo, el poema de Claudio Rodríguez que desvela y vela la verdad. Se llama "Pinar amanecido". Y vale igual de bien para analizar lo que pasó en las elecciones de ayer, que es lo importante, aunque lo que nos espere ahora sea cantar y cantar el dónde están las llaves, materile-rile-rile. Así acaba el poema que importa:


domingo, 26 de junio de 2016

Quique



Me resistía a llamar "Quique" a Quique por la falta de seriedad del diminutivo; pero he visto, como en un rompimiento de gloria, que es el nombre más antirrevolucionario que existe. Ese "Quique" que se niega a ser "Kike" con lo que le gusta una k, y dos ya no digamos, a un moderno.


sábado, 25 de junio de 2016

Noche de San Juan


Te despiertan a las 2 y media de la noche tocando el timbre y ves esto por la ventana:



Salí como en el Salvaje Oeste, dispuesto a hacer una cadena de cubos de agua con los buenos vecinos. Pero ya estaba allí la policía:




Así que me pude dedicar a rajar de los vándalos y a tomar fotos: 



Y a pensar en el artículo del día siguiente.



viernes, 24 de junio de 2016

Pavoroso


En los muy generosos resúmenes de mis intervenciones compostelanas, Ángel Ruiz no incluye algo muy interesante porque no lo dije. 

Sí recite este poemita inédito:



PIDO MÁS

Me gusta oír a los enamorados
demorándose hablándome prolijos
de las muchas bellezas de sus novias,
de las del cuerpo y de las del alma.

Me gusta más aún si las conozco
y yo jamás les vi tales encantos.
Asiento deslumbrado y pido más.

Soy un ciego al que explican los colores.

Y conté, en plan anécdota del destino, que lo escribí en abstracto, sin un caso que me lo motivase, pero que a los pocos días un amigo me hablaba maravillas para mí ignotas de sus hijos y que vi asombrosamente realizado mi poema. Lo que no expliqué en mi disertación fue esto: que la poesía encuentra a menudo la verdad de forma preventiva, que se adelanta, lo que podría haber enlazado con la condición de "vate", y haberme dado un juego excelente.

Me acordé ayer, leyendo Anécdotas del destino, precisamente. El narrador del cuento "El buceador" dice: "Para un poeta resulta pavoroso descubrir que su historia es cierta".

Y lo resulta, pavoroso, aunque sea en una cosa tan pequeña. 


jueves, 23 de junio de 2016

Morriña (una explicación)


No tengo sangre gallega. Sí vasca, catalana, alicantina y, sobre todo, andaluza. Sin embargo, han bastado cuatro días cortos en Galicia para que ahora me descubra, asombrado, una nostalgia muy melancólica de allá. "¿Cómo es posible?", me interpelo. Cuando he vivido fuera de casa, no he sentido este sentimiento de pena dulce. Y como veía que los gallegos sí, pensaba que era una cosa como céltica o así. Pero no: es geográfica. Además de los encantos del lugar, requisito sine qua non, sucede, si no me engaño, lo siguiente.

Entre la lluvia abrillantando las piedras y corriendo calle abajo, los verdes profundos y brillantes y ondulantes, entre los acentos dulces, entre todo, y sin mentar al ribeiro, en Galicia se logra una extraña forma de felicidad que te aprieta el corazón. Luego, cuando uno ya no está allí, se acuerda y la nostalgia le aprieta el corazón igual que entonces, y subconscientemente, ese ahogo sentimental te recuerda vivamente al que sentías a cada paso en Galicia, y no dejas de estar allí sin estar, retroalimentando el sentimiento. Eso hace agudo, intenso, repleto y abismado el vacío interminable.

Un andaluz se pone triste de recordar su tierra, pero esa tristeza no le recuerda a su tierra y ahí se acaba todo. Con Galicia no es tan simple, y es mejor, porque la memoria se riega a sí misma. Uno puede pasar apenas cuatro días en Galicia y echarla de menos casi como un gallego, digo yo, porque más parece inconcebible.






martes, 21 de junio de 2016

Unos días de invierno


Antonio Moreno publica un libro de haikus, en Renacimiento, con una cubierta que quita el hipo de bonita:




Y por dentro:

Allá a lo lejos
el azul de los montes
no es ya de piedra.


 Sin mudar ni una
 sola piedra, mi fe
 mueve montañas.


¿A qué jugaba 
en su niñez quien hurga 
en la basura? 

* 

El polvo al sol 
trae su función de magia: 
"Estoy; no estoy".




lunes, 20 de junio de 2016

Ágrafo


Si viajo con Leonor, no tomo notas. Sería muy romántico pensar que mis notas de viaje son siempre para ella, para ir contándole lo que he visto, aunque es todo mucho más sencillo.  Con ella, estoy atento, pero a ella. No salgo de casa. Aunque vemos por una ventana nueva, limpia y asombrosa.






jueves, 16 de junio de 2016

En Compostela


Me he propuesto ir leyendo en el tren, pero leo en los subtítulos de la televisión que Gabilando entrevista, muy serio, a un propio que habla de en 2045 la muerte será voluntaria y que las religiones devendrán obsoletas, porque los curas se quedarán sin el más allá... Los niveles de adoctrinamiento de nuestra sociedad son orwellianos. Pero como yo me he propuesto ir leyendo, pienso: "Contradicción: Si yo no muero, no morirá la religión". "Muerto sí me verán, mas no mudado", y si no me ven fiambre, pues menos mudado aún.

*

Hay que avisarlo todo, por lo visto. En el aeropuerto:



*

Desde el avión, con el sol, tras la lluvia, las carreteras brillaban como ríos.

*

La comandante nos cuenta: "En Santiago llueve, hay rachas de viento, hace frío y bancos de niebla, van a disfrutar de una ciudad maravillosa". Luego, por la noche, paseando, comprobaremos que, en efecto, en Santiago importa mucho más el espacio que el tiempo.

*

Pero aún no habíamos aterrizado y yo iba contemplando los calistros desde una altura que los favorecía, porque se les veía pequeños, como de juguete, a la vez que se adivinaba su envergadura. Entonces, de pronto, sin bajar más, aterrizamos. La explicación lógica será que el aeropuerto está en lo alto de un monte. Yo no puede evitar un recuerdo al famoso adagio de que nunca se sabe si un gallego sube o baja. !Hasta en el avión!

[Luego me advertirían de que no hiciese broma con los tópicos, pero como ésta se me ocurrió aún en el avión estaba todavía con inmunidad diplomática]

*

Entramos por el arco de un arco iris. Lo extraño suyo no es tanto su belleza sino que todos lo veamos en el mismo sitio. Le pegaría más más subjetividad, como si fuese un sueño y una alucinación. Pero se empeña en ser y en estar. "El arco iris" señalábamos todos, y era al mismo sitio.

***

jueves, 9 de junio de 2016

Romanticismo irremediable


Aunque al principio se confunde con el amor, el romanticismo, a medio plazo, lo destroza. Quisiera ser muy antirromántico, pero termino atrapado por sus brazos. Leonor y su preocupación hipotecaria acaban emocionándome de un modo prerrafaelista. Y me pasa igual con sus reservas y desdenes. Me la llevo un fin de semana largo de viaje. Es lo que se llama "un planazo". Todas sus amigas ponen los ojos en blanco cuando se enteran de "nuestra escapada romántica" a Galicia. Pero ella está con una pena, penita, pena, porque se pierde la fiesta de fin de curso de los niños. Suspira por las esquinas. "Ay", me dice cada dos por tres. Yo disfrutaba del antirromanticismo radical de la escena, con su defensa implícita de la familia por encima de todo y sus raíces bien arraigadas al terruño, hasta que, de pronto, me he dado cuenta de que será, ay (digo yo esta vez) la apoteosis del romanticismo. 

Nada de escapada posmoderna: lo mío va a ser un rapto.




lunes, 6 de junio de 2016

Quijotesco



Es llamativo que “dantesco” haga referencia (injustamente) a un escenario tétrico, que “shakesperiano” se utilice (limitadamente) para un tono florido o a unas tramas enrevesadas o a unas psicologías torturadas; pero que “quijotesco” sea, en cambio, una noble actitud existencial.

viernes, 3 de junio de 2016

Gloria, de Julio Martínez Mesanza


Celebremos por todo lo alto la publicación de Gloria, el último poemario de Julio Martínez Mesanza. En Adonais (Rialp). 

Y qué más alto que el poema "Jan Sobieski":




jueves, 2 de junio de 2016

Celos sabios



Cuando me ilusiono con una chica para un amigo, y suspiro "qué buena pareja harían" e incluso hago planes para ayudar a que la cosa cuaje, Leonor se pone muy celosa. Más incluso que si digo de otra que es muy guapa en general, sin objetivo definido, o si se fija que me fijo.  Eso no le importa casi. Los suyos son unos celos muy sabios (porque la chica que deseamos para un amigo es la que nos gusta de verdad) y muy halagadores (porque, además de que los celos siempre lo son, reconocen que la amistad es una virtud muy mía).





miércoles, 1 de junio de 2016

Esgrima mística


El cura joven tenía tantas ansias de dar la comunión que se adelantaba. De manera que la fila iba dando pasos atrás, aunque nosotros seguíamos avanzando. El paso que daba el comulgante coincidía con el paso que daba el sacerdote. Cuando llegue a comulgar, ya íbamos por la mitad del pasillo del oratorio. Parecía una esgrima mística, en la que el cura ni daba un paso atrás ni podía quedarse quieto.