miércoles, 12 de julio de 2017

Lenguaje



A la salida del campamento, Quique me dice a voz en grito en medio de la melé de madres que recogen a sus retoños en la puerta: "¡Me han salido varias pollas!"

No sé cómo han reaccionado las madres porque no he levantado la vista. "¿Qué ha pasado, Quique, hijo mío?", pregunto con angustia. "He perdido los calcetines en la piscina y me he pasado toda la mañana con los zapatos ortopédicos sin calcetines y me han salido un montón de pollas". "De AMpollas". "Me duelen mucho". "Bien, vamos a casa corriendo", le digo, también con el deseo de desaparecer de la melé. Pero ahora, en cambio, Quique hace una demostración de dominio perfecto del español desde el dolor: "Corriendo no, papá, no: mejor pitando". "Claro".


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