domingo, 31 de diciembre de 2006

Las uvas con Eloy

Y cómo pasa el tiempo, que es lo que hoy toca decir. Y sentir. Ayer no más me entusiasmaba repetirme cada 31 de diciembre aquel soneto de Jon Juaristi.
SAN SILVESTRE, 1985

Otra vez me han plantado. Ya me veo
enfangado en el güisqui solitario.
A mi edad, sin embargo, es necesario
vigilarse el riñón. Me acuesto y leo.

Las nocheviejas me deprimen. Creo
que las voy a borrar del calendario.
Para el muermo no habrá otro aniversario
ni ganará a mi costa el jubileo.

Vuelvo, hasta que me pesa la cabeza,
a una lectura amena y provechosa:
La Regenta (edición de Juan Oleza).

Y me duermo seguro de una cosa:
tampoco ganaré el año que empieza,
el concurso de tangos de Tolosa.
Aunque ya lo de los tangos de Tolosa me parecía excesivo, el endecasílabo "enfangado en el güisqui solitario" me entusiasmaba. Cómo pasa el tiempo. Ahora este soneto ha bajado bastante en mi estimación. Sin embargo, hay otro Jon Juaristi, el pequeño Juan, el solitario, el de un puñado de poemas estremecidos, que valoro incluso más que entonces.

De él hablaremos otro día, porque este mes lo estoy pasando acordándome sólo de Eloy Sánchez Rosillo y de su "Diciembre":

Se acaba el año y casi nada hiciste
de lo que en este tiempo, vagamente,
te proponías hacer. Pero has escrito
unos cuantos poemas.

-____---------------------(Sé sincero
y di que lo demás no te importaba.)


Y estos versos me consuelan mucho, a pesar de que no me los puedo aplicar del todo. Por dos motivos, uno triste y el otro alegre. El primero es que apenas he escrito poesía, tan distraído con los artículos y el blogg. Y el segundo, por el que me alegro, es que lo demás, cómo pasan los años, lo demás sí que me importa. Y mucho.

sábado, 30 de diciembre de 2006

O no

Ayer dudaba entre varios temas para traer hoy aquí, y sin saberlo qué felicidad. Esta mañana, estos dos golpes terroristas, que disipan mis dudas y mi felicidad. Lo de esta mañana se comenta, espero, solo.

O no.

O no.

O no.

O no.

O no.

O no.

O no.

Lo del aborto tendremos que comentarlo nosotros, ustedes y yo me refiero. O no.

viernes, 29 de diciembre de 2006

Mia Sarah

Creyendo que era una película argentina, fui a ver Mia Sarah. Creo que no estropearé el final a nadie si cuento que en un momento dado el protagonista (no revelaré si nostálgico o eufórico) confiesa que el único día feliz de su vida fue aquel en el que cenó con la protagonista. Yo, entonces, sentí la necesidad imperiosa de susurrarle en la penumbra de la sala lo mismo a mi acompañante, que contestó: “Magnífico, pero ¿cuál de ellos?”

Restando cenas de empresa y algún viaje de trabajo, y sin contar el noviazgo, mi mujer y yo hemos cenado juntos unos trescientos cincuenta días al año durante seis años. O sea, una infinidad de cenas, en las que ha habido de todo, desde tortillas francesas a soufflé de pato con salsa de hongos. Está visto: una frase hecha, aunque redonda, no tiene por qué acoplarse bien a uno y su circunstancia.

Con el tiempo lo cómodo es echar cierta costra de cinismo y asumir que la emoción del enamoramiento se evapora como un frasco de perfume. Pero el cinismo es la defensa del que abandona la defensa. Así que mientras la película seguía con su historia (bastante divertida, por cierto), yo pensaba también un poco en mi propio dilema.

La emoción auténtica sólo puede mantenerse con realismo y sentido común. A estas alturas de la película (de la nuestra), en vez de la frase ésa del día único, por muy chula que me parezca, yo tengo que decir: “Los días más únicos de mi vida son los muchos que cenamos juntos”. O mejor aún: “La vida más única de mi vida la cenaré contigo”. Con algo de inventiva y de ingenuidad y hasta de películas dulces, que inspiren, el romanticismo no muere, se transforma.
[Publicado en Alba]

jueves, 28 de diciembre de 2006

Gracias, gracias

Acabo de recibir el premio BlogCompostela al mejor blog 2006. Y estoy que estallo de entusiasmo. No es para tanto, me recordará algún anónimo de los que llevo en mi blogg como los generales romanos en la cuadriga al esclavo que les susurraba al oído: "recuerda que eres mortal". Bien sé, y eso ha sido una de las mejores cosas del 2006, que Arp es mi maestro y mi amigo (véase mi lista de enlaces/ensalces), pero eso, para mí, lejos de quitarle mérito al premio, se lo da. Hay quien únicamente valora los aplausos de los contrincantes (véase el PP). Cierto, cualquier aplauso está bien, pero a mí la admiración antagónica me escama bastante. Una cosa son sus tibios elogios, que dicta la hipocresía social y que siempre son bienvenidos y correspondidos; y otra, el énfasis, que ya mosquea: ¿qué estaré haciendo mal?, me pregunto entonces. En cambio, cuando es amigo quien te aprecia, uno tiene la seguridad de que lo hace según una escala de valores valiosa o al menos valorada, valga la re[quete]dundancia.

Releo lo escrito y veo que el famoso usuario anónimo podría saltarme ahora a la yugular y espetarme: "Bueno, pues lo mismo pasó con A. Gamoneda y Z. Presidente; y bien que te dejaste caer..." Claro, pero eso nos llevaría a la indispensable distinción estre la potestad (que es lo que tiene ZP: poder) y la autoridad (que es lo que tiene Arp, autor del protoblog). Si mi amigo Enrique Lobatón de la Guardia, i. g. (ingeniero agrónomo), considerase mi blogg como el mejor de la galaxia, vale, bien; pero si pensase que sé cuidar del jardincillo del adosado, ¡vaya, sería ascender muchísimo en mi propia consideración como jardinero! Pues lo mismo: muchas gracias, Compostela.

martes, 26 de diciembre de 2006

El tipógrafo virtuoso

En la primera página de A decir verdad, José Luis García Martín se pone byronic. Pero en el primer párrafo le salta esta errata: "Ningún pescado me sería ajeno, ni tampoco ninguna virtud". Trato de ser (por la cuenta que me trae) muy indulgente con las erratas en los libros de otros, y ésta no me parece mal, sino todo lo contrario. Imagino que mientras picaban (je, je, picaban) el texto, el subconsciente de alguien rechazó la parte licenciosa de la frase. O puede que todos los pecados que le hubiese gustado saborear a García Martín en su ensoñada vida de Lord inglés fuesen los de la gula en su versión piscívora. O puede que maquetaran la página un viernes de Cuaresma.

Más villancicos

Por aquí, por allí, por todas partes...

lunes, 25 de diciembre de 2006

Villancico aunque de barro



Aprovechando que internet es instantáneo, os mando mi felicitación de Navidad en la misma Nochebuena. ¡Feliz Navidad!

El retrato es del pequeño Nicolás, mi sobrino, y el villancico es mío. Se trata de una figurita para el belén poético que año a año quisiera ir montando. Ahí va:

EL PASTOR FIGURÓN

Era un pastor importante
al que trataban de don;
cabalgaba en una mula
de un negocio a otro mejor.

En el pueblo le decían:
"Buenas tardes tenga usted",
y él sólo se codeaba
con los de Jerusalem.

Pero una noche de invierno
un ángel le señaló
el camino de la estrella,
y le entró la vocación.

"Ya llamadme pastorcillo
y plantadme en el belén
que aunque de barro no corra
miraré siempre hacia Él".

domingo, 24 de diciembre de 2006

Brindis del superviviente

He sobrevivido a la primera comida con la familia política (que tiene su mérito porque si la ministra de Sanidad llega a ver esas fuentes repletas le da un ataque de histeria), he sobrevivido a los laberintos y a los jardines de las Hespérides de las múltiples librerías (dejándome eso sí, media tarjeta de crédito en el envite), he sobrevivido incluso a una película española (más aún, he salido encantado de Mia Sarah) y parece que voy a sobrevivir al frío.

Tiritando, he caído en la cuenta de que el frío no es otra cosa que la ausencia de calor, y he vuelto a admirar a Dante que, viendo clara la analogía con el mal, puso el centro de su infierno a muchos grados bajo cero en contra de la iconografía clásica. Y he vuelto a adorar al Niño Jesús, que eligió estas fechas, cuando el día crece, para traernos algo de calor del bueno. Celebrémoslo, ahora que nuestra cintura está más chestertoniana que nunca, con el villancico-brindis de Beades.

sábado, 23 de diciembre de 2006

Aterido aPLAuso madrileño

Cuando el día crece, el frío nace.
Lo dijo Pla y yo se lo aplaudo tiritando por las calles de Madrid.

Y como me dirijo a las múltiples librerías también me recito a Ausonio, esperando que no me abandone. Qué sensato su aviso ahorrador a Filomuso, mi alter ego romano:
Porque tu biblioteca está llena de libros comprados,
te consideras, Filomuso, sabio y gramático.
De igual manera puedes guardar cuerdas, liras y laúdes:
mañana compras todo eso y ya eres un citaredo.

viernes, 22 de diciembre de 2006

Luz, más luz...

Hoy comienzan a crecer los días, y se me ocurre celebrarlo con una entrada metapoética. Porque resulta que, según me informaban ayer, el deslumbrante refrán dice así:

Santa Lucía,
que acorta las noches y alarga los días.
Lo cual nos plantea el problema—fundamental para cualquier poeta— de los muy frágiles y sinuosos límites del ripio, que tantos vates han traspasado de forma, en nuestra opinión, bastante lamentable. Teniendo en cuenta que santa Lucía se celebra el día 13 de diciembre, bien podríamos maliciarse alguno que la han traído al refrán para que ejerza de “palabra o frase inútil o superflua que se emplea viciosamente con el solo objeto de completar el verso, o de darle la consonancia o asonancia requerida”. Además, siendo hoy san Floro, se comete con el pobre hombre una injusticia de las gordas. ¿No habría que decir:
Con san Floro aflora
la luz y gana horas.
Pero no, eso no funciona en absoluto. Corriendo un tupido velo de sombras sobre mis carencias líricas, lo de Floro no fructifica porque es un prodigioso acierto poético que sea Lucía, santa patrona de los ojos y de la vista, la que se adelante [el subrayado es mío] a regalarnos, día a día, con una delicadeza muy femenina, más segundos de luz.

Encima, sabemos por la Divina Comedia y por la devoción popular que la santa es intercesora poderosa, capaz del milagro de la luz creciente, entre otros. Seguro que san Floro le cedió caballerosamente esa flor a la luminosa doncellita, virgen y mártir.

En conclusión, cuando existen razones poéticas poderosas, se tiene un margen de nueve o diez días para moverse por el santoral sin incurrir en rima forzada o ripio. Mutatis mutandis, esto se puede aplicar al resto de los supuestos, pidiendo, eso sí, a Santa Lucía que nos conserve la vista.
***
PROPINAS.- Como era natural en tiempos sin OPAS eléctricas y hasta sin luz de gas, el fenómeno o/y milagro de la luz creciente, fascinaba al pueblo, que le dedicó, según me siguieron informando ayer, más gotas o chispas de sabiduría. También se dice o se decía:
Por Reyes,
lo notan los bueyes.
Yo esto lo considero muy inferior a lo de santa Lucía, y no por afición al santoral, no seáis mal pensados, ni por falta de sensibilidad con las bestias, que conste, no vaya a embestirme la Narbona, sino porque me plantea la duda de si el hipotálamo del buey (como aventuraba J. M. G.) es más sensible a la luz o si es, mmmm, un ripio bovino.

Y otro dicho más, que tampoco es perfecto, a pesar de su carácter profundamente devoto, casi teológico:
Con el Niño alargando
y con San Juan menguando.
El paralelismo entre los dos primos —al segundo le convenía, ¿recordáis?, menguar para que el Otro crezca— es precioso y exacto. ¿Por qué no me gusta tanto, sin embargo? Quizá porque la rima en gerundio es una facilidad demasiado grande que el oído puntilloso que tenemos a pares no perdona. ¡Qué de matices!, como los de la luz, que crecen...

jueves, 21 de diciembre de 2006

Esto no es un villancico

Desde luego que no. Se trata del primero de los Sonetos de la muerte que escribiera Jean de Sponde (1557-1595), que tradujo Mario Míguez (Signos, Madrid, 1988) y que yo he leído (ahora). No se trata, lo aviso, de un villancico, aunque en el fondo y al final…
Mortales, de mortales recibisteis la vida,
una vida que muere en la tumba del cuerpo,
y guardáis como vuestros tesoros de otros hombres,
aquellos cuya vida fue presa de la muerte;

vosotros que observáis que la muerte es constante
y vivís en las casas que fueron de los muertos,
no sentís sin embargo preocupación por ella:
¿cómo es que al recordar olvidáis su recuerdo?

¿Acaso vuestra vida, que adora los placeres,
rechaza los horribles pensamientos mortuorios
sin poder reparar en lo que le es contrario?

Mortales, se os acusa. Yo perdono el error
que forja vuestro olvido: olvidar vuestra muerte
os muestra en sí el recuerdo de vuestra vida eterna.

De este soneto me impresiona, amén de imágenes tremendas como ésa de que vivimos en casas que fueron de los muertos, su sorprendente final, que trae al recuerdo aquella impagable lección de Basho a su primer discípulo, Kikaku. Éste compuso un haiku que mostró, ilusionado, a su maestro:
Una libélula:
si le arranco las alas,
un clavo de pimienta.
Basho contestó: —No. Así has matado a la libélula. Di más bien:
Un clavo de pimienta:
si le pongo dos alas,
una libélula.
Seguro que Jean de Sponde no conocía la historia, pero no le hizo falta. Basho le hubiese aplaudido el soneto. En vez de acusar a los mortales y de recrearse en lo tétrico, supo ponerle a la muerte y a su olvido dos alas de piedad e inteligencia, de transparente verdad. Y entonces, inesperadamente, en el último verso, la muerte salió volando:
Vous montre un souvenir d’une éternelle vie.

miércoles, 20 de diciembre de 2006

Entre comida y comida...

Si siguen así las cosas, vamos a tener que aggiornar la letra del villancico y que la Virgen aparezca peinándose con su peine de plata fina entre comida y comida de Navidad. Lo que no hace falta cambiar, por lo que vemos, es eso de "beben y beben los peces en el río, beben y beben..."

Por suerte, entre festejo y festejo, seguimos recibiendo villancicos. O sin recibirlos, pero visitándolos gracias a las nuevas tecnologías. Tal vez Baltanás haya sido el primero en escribir un villancico virtual hasta con enlaces.

Al buzón, como toda la vida, me ha llegado el de José Mateos, ilustrado por su hijo Emilio. Es emocionante. Leyéndole me ha entrado un calorcillo muy bueno en este día gélido.
VILLANCICO DIALOGADO

--María, dime, ¿qué anuncian
en la noche esas fogatas,
esos cantos y esa estrella
que brilla como la escarcha.
Dime, ¿qué anuncian mis sueños,
María? ¿Y esas campanas
que prometen una vida
eterna como mi infancia?

--Que el amor quiere ser hombre,
José, con dudas y lágrimas;
que en un cuerpo enfermo y débil
quiere encarnar la palabra,
y que Dios quiere ser niño
que berrea y hace caca.

--¿Te has vuelto loca, María?
¡Si esos son cuentos y fábulas!

(Y María se sonríe,
se acaricia el vientre. Y calla.)

Para remate de la dicha, he recibido también el Christmas de la Fundación Caballero Bonald. Y en él, qué gran sorpresa, un poema de Pilar Paz Pasamar, titulado "Maitines", en el que palpita un verdadero sentido navideño. Lo valiente no quita lo cortés, y yo me quito el sombrero sin una pizca de ironía ante la inesperada infracción. ¡Albricias! El poema (con la excepción del primer verso de cada estrofa y los dos finales) no me entusiasma demasiado, por algo redicho, pero, bueno, es Navidad, y además yo también tendré que colgar mi villancico y me interesa dejar claro que en estas fechas misericordiosas la intención es lo que cuenta.

MAITINES
(Monasterio de la Oliva
Carcastillo)

Un solo pájaro despierta el universo.
Un solo trino desenvuelve la enroscada madeja
y en la nave interior, en posturas fetales,
caracolean salmos primerizos,
gira la noria tempranera
y del profundo pozo hasta el brocal del labio
el agua de los salmos adviene como un chorro.

Por Ti madruga el aire,
la semilla se yergue desde el terrón materno;
pugnan por asomar los tréboles,
las ramas desperezan su postura nocturna,
siente hambre de fiera,
miedo o felicidad el hombre que ha soñado,
madrugan y anticipan su sed los deseosos
pendientes de que Tú descorras las cortinas
y nos des la ración de pan, de alpiste y agua.

martes, 19 de diciembre de 2006

Otro villancico

No me llegó a mí, pero aquí está.

Escrito a principios de septiembre

Ante la perspectiva de empezar mañana las clases, me veo deseando que lleguen pronto las navidades. Pero si pudiera, ¿anularía estos tres meses de más trabajo que se avecinan? Yo creo que si pudiera, que si de verdad pudiera... sí.

Y tengo que acordarme de este día para repasar luego, a finales de diciembre, a cuántas cosas hubiese renunciado voluntariamente: encuentros, lecturas, escritos, angustias vencidas, arrepentimientos, alegrías inesperadas y las otras, esperadas y cumplidas, siempre mejores...

lunes, 18 de diciembre de 2006

Christmas brasileiro

Las felicitaciones de Navidad de los poetas bajoandaluces se (como quiere el tópico) retrasan. Mario Quintana, que no era andaluz (qué más quisiera la realiá nasioná) pero sí un poeta como la copa de un pino, me manda, a través del tiempo, del océano y de las lenguas, esta felicitación navideña:

POSTAL

Ahora, como decía el celebrado
archisofista Valerio:
“El Universo es una mancha
en la perfección del No-Ser”…
Recuerdo esto al intentar mandarte
—ante la pureza intocada
de esta página—
una felicitación
de Navidad. “Pero
—me dice
la página, “esa felicitación
fue mandada hace mucho (pregunta
a los tres Reyes Magos
si no).”
¡Ah, sí, ellos tenían la Estrella!
¿Dónde está ahora?
La gente por aquí sólo encontró después
estrellas pirotécnicas,
estrellitas de mar
y estrellas de generales.
Lo mejor es no hablar y
—en lugar de escribir
cualquier palabra que mancharía
la pobre página, aún desnuda
como la verdad—
dibujar apenas
cosas
sin ningún concepto
que atrapar…
Hoy,
día de Navidad,
yo dibujaría,
pues,
—toscamente—
en esta página
a la Virgen, al Niño y al borrico.
—Imagina
el bien que eso nos haría a los dos…
Porque entonces
yo no estaría
mandándote una idea
apenas…
¡Te mandaría una visión!

domingo, 17 de diciembre de 2006

Fama

Como somos de pueblo nos plantamos en aquel restaurante sin reserva. Cuando nos íbamos con la música (y el hambre) a otra parte, la propietaria, lectora compulsiva de poesía y visitante ocasional de mi blog, me reconoció. Removió el lugar y por arte de magia apareció un rincón para nosotros.

Jamás comí mejor: la cena no sólo fue espléndida, encima estaba sazonada con una pizca de vanidad y regada con abundante satisfacción. Pero no teman por la salud de mi estómago ni por la de mi alma. Estas cosas ocurren —si ocurren— una vez en la vida. Sí que sirvió, además de para que mis amigos le descubriesen un encanto a la poesía, para hacerme una jugosa reflexión.

Para criticar, primero hay que entender; y yo, que no me lo podía explicar, hoy comprendo mejor a quienes se rebajan en televisión, en política o en literatura con tal de conseguir migajas de fama. Ella devuelve, como un espejo de cuento de hadas, una imagen fantástica.

El problema —pensé mientras pedía la cuenta— es el precio. Si tienes que hacer el ridículo y adular al público o al poderoso o a ambos, tu fama, aunque mucha, será mala y, si atrae, es que engaña y te engaña: un espejismo más que un espejo. Yo, que con el episodio del restaurante ya gasté los cinco minutos de gloria que corresponden a cada hombre, seguiré haciendo mis poemas para pocos, entre los que no habrá —por índice de probabilidades— otra propietaria de nada. Mejor que perseguir un premio importante con imposturas es hacer con tiempo la reserva, como todo quisqui.
[En el semanario Alba]

sábado, 16 de diciembre de 2006

Cecília Meireles

ACEPTACIÓN

Es más fácil posar el oído en las nubes
y sentir pasar las estrellas,
que prenderlo a la tierra y alcanzar el rumor de tus pasos.

Es más fácil, también, hundir los ojos en el océano
y asistir —allá al fondo— al nacimiento mudo de las formas,
que desear que aparezcas, creando con un gesto
un signo de esperanza.

No me interesan ya ni las estrellas, ni las formas del mar,
ni tú.

Desenrollé de dentro del tiempo mi canción:
no tengo envidia a las cigarras: también voy a morir cantando.

viernes, 15 de diciembre de 2006

Tres citas

La primera cita, para que nadie se queje de que no mereció la pena el click, es de Pla. Y más claro, agua:
La gracia, en literatura, es la verdad.
José Mateos no se quedó corto ayer, en Jerez, en un acto doble, donde se presentaban un cuadro para la colección del Consejo Regulador del Brandy y un libro de artículos de Jesús Rodríguez. La presentación siamesa habría dado para afilados aforismos de ser yo Carlos Rodríguez Morales. Y no quiero ni pensar para qué de ser Andrés Trapiello, porque el cuadro y la alcaldesa y eso... Pero Dios me libre de reavivar el debate sobre los diarios de Trapiello. A lo que íbamos, pues, que es la cita de Mateos:
La prueba definitiva de la inteligencia es saber mirarse a uno mismo por encima del hombro.
Y por último, una que no es propiamente mía. Es clásica, como sabrán ustedes, pero yo en estos días la repito durante toda la mañana por los pasillos del IES como un mantra:
No te suspendo, hijo: es que tú no apruebas.

jueves, 14 de diciembre de 2006

Felicidades

Felicidades a todos, amigos poetas. Hoy es San Juan de la Cruz, nuestro patrón —de unos más que de otros, pero de todos, porque, como es santo, también se apiada de los malos poetas (que no es, espero, nuestro caso), y como es tan buen poeta, entusiasma incluso a los más anónimos, quiero decir, agnósticos (que sí es el caso de más de un usuario, pero no importa).

miércoles, 13 de diciembre de 2006

Ande, ande, ande...

Aquilino Duque ha sido el primero en enviar su villancico. Se trata de una buena tradición que los poetas andaluces tratamos de mantener: cada Navidad nos felicitamos con un poema de nuestra cosecha.

El Christmas de Viñamarina trae, además, una ilustración de Sally, la gran duquesa. Tan buenos ambos, pintura y poema, que no me resisto a compartirlos. Tal vez así algún perezoso (sea o no bajoandaluz) se anime a sumarse (ande, ande, ande) a este feliz intercambio navideño. Yo haré lo que pueda, y esperaré con una ilusión casi de noche de Reyes las felicitaciones de Fernando Ortíz, de Cabanillas, de Carmelo Guillén Acosta, de Feu, del gran Mateos...

Este año Aquilino nos ha puesto el listón (el son) por las nubes:
Navidad no es Navidad
si no se oyen campanas
y al filo de media noche
un gallo en misa no canta.

Vamos a adorar al Niño
que se abriga entre la paja,
entre la mula y el buey,
bajo el lucero del alba.

Sólo así tendrán sentido
el árbol y las guirnaldas
y los regalos que cuelgan
de sus ramas.

La marimorena

Entre todos este año estamos montando un belén. Ande, ande, la marimorena. El manifiesto del PSOE “Constitución, laicidad y educación para la ciudadanía” ha servido para que empiece el frío. Quieren reinterpretar la Constitución y que donde dijo “digo” diga Diego López Garrido lo que le parezca. Fundamentalmente que la religión es malísima. Luego, un proetarra de ésos con los que se va a llegar a un acuerdo de paz y después gloria (para ellos) ha escrito en Gara un artículo insultando a la Virgen. Gallardón se apunta al cirio y felicita no sabe qué con una foto del Manzanares y este mensaje de Paz, Octavio: “En mi peregrinación en busca de la modernidad me perdí y me encontré muchas veces. Volví a mi origen y descubrí que la modernidad no estaba fuera sino adentro de nosotros”. Ande, ande, ande. Tocando la zambomba, de coro, están esos colegios en los que el claustro ha decidido que los alumnos no celebren fiesta de Navidad.

Como ven, un belén con sus múltiples figuritas. Y es que en todo nacimiento que se precie tiene que haber posaderos dando con sus puertas en las narices a san José, y mucha indiferencia en el común de los paisanos que calientan su olla, y un Herodes ocupado en que no lo meneen de la silla, y los mercenarios que maldicen, y en una esquina un pesebre pobrísimo para el niño Jesús.

Como nuestro paisaje navideño recuerda tanto al de Judea de hace poco más de dos milenios, Arcadi Espada, que es un laicista combativo y despierto como una liebre, ha saltado en defensa de la celebración social y unánime de la Navidad, que él considera una fiesta desacralizada. Pero no, es sagrada y estos curiosos movimientos antinavideños no hacen sino proclamar sensu contrario —y eso es lo que disgusta al sagaz Arcadi— su sentido cristiano.

La gente, por su parte, ama la Navidad tal y como es, y no está dispuesta a que se la conviertan en una extraña Novidad. Los padres de los niños a los que se quiere dejar sin villancicos protestan; varios socialistas me han confesado su inquietud ante la deriva anticristiana del partido; los votantes del PP releen atónitos la felicitación de Gallardón buscándole un algo festivo fuera o dentro de sí misma, la clase de religión será defendida por quienes libremente la escogen... Toda esta marimorena, ande, ande, servirá —está sirviendo— para que nos enteremos de una vez que el cristianismo somos nosotros, nuestra cultura, nuestras costumbres. Y que Occidente, sin una fe viva en Cristo, se oscurece. Frente a la ofensiva laicista hay ojos que se vuelven a la Iglesia. Lo explica el refrán: a río revuelto, ganancia de pescadores (de hombres).
[Hoy en Grupo Joly]

domingo, 10 de diciembre de 2006

Ortega en los jesuitas

Cómo habría disfrutado ayer en la iglesia de los jesuitas don José Ortega y Gasset. No es que esté trayendo al sabio a mi molino, que conste. Es que él hubiese visto irrefutablemente confirmada su teoría del marco como realce indispensable de la obra de arte. En la iglesia, llamada de San Francisco (supongo que Javier), hay varias lápidas, que los feligreses pisan con indiferencia. Ayer, sin embargo, pusieron una barrera con cuatro postes como de aeropuerto y una cinta protegiendo la tumba de Sánchez Mancheño, de Arcos de la Frontera. Automáticamente, gran éxito de público y crítica: se paraba todo el mundo a extasiarse con el labrado de aquel mármol que ayer no más pisaban sin compasión. Yo estaba sentado justo al lado de otra lápida, más pálida, imagino que por el agravio comparativo. Los fieles la seguían pisoteando en su camino al asiento, a la fila de comulgar o hacia la tumba enmarcada. La humilde, la mía, rezaba: "Este cañón, asiento y arrimo es de D. Gerónimo Oneto y de su muger, Catalina Josepha Cueto y Figueroa y de sus hijos, herederos y descendencia. A. D. 1667"

sábado, 9 de diciembre de 2006

Aleluya:

ESTA OPERACIÓN
NO TIENE COMISIÓN
***
GLOSA.- Para que luego digan que las entidades bancarias no tienen su lírica. Y supongo que a mí el cajero me hace sólo una aleluya por el tamañín de mi cuenta. A otra más boyante le hará un camafeo de octavas reales que no se salte un inspector de Hacienda. Tengo que ahorrar más: sería bonito que apareciese, brillando verde en la pantalla, una sextina.

viernes, 8 de diciembre de 2006

Graffiti barrocos

Oh nuestro Siglo de Oro. En Sevilla, el teólogo Marina y los dominicos del convento Regina tenían sus reparos lógicos para lo de la Inmaculada Concepción. El pueblo contestó con esta pintada por los muros de la ciudad:

Aunque lo niegue Marina
y los frailes del Regina
y el prior y el provincial,
la Virgen fue concebida
sin pecado original.

jueves, 7 de diciembre de 2006

Puño en ojo

Creía yo que mi artículo del miércoles sobre la (poca) libertad de expresión, titulado "Punto en boca", era pesimista. Ahora, cuando me entero de lo que le ha pasado a Nadie, nuestro colega, amigo y contertulio de blog, veo que era realista, que es peor.

Cecília Meireles

Mi traducción de Mario Quintana ya cogió caminito para la imprenta. Y como me ha quedado la buena costumbre de la poesía brasileña, me he lanzado a los brazos de su admirada Cecília Meireles. Traducir te permite hacer íntima una poesía ajena, y esa apropiación es lógicamente muy enriquecedora. Para facilitarme más la tarea, Cecília escribió este poema, no sé por qué, en masculino.

MOTIVO

Canto porque el instante existe,
porque mi vida está completa.
No soy alegre ni estoy triste:
soy poeta.

Hermano de volaterías,
no siento gozo ni tormento.
Cruzo las noches y los días
en el viento.

Si permanezco o no y me voy,
si me deshago o me construyo,
no sé, no sé. No sé si estoy
o huyo.

Canto y en el cantar me escudo:
su sangre no para jamás.
Y sé que un día estaré mudo
—nada más.

Para no atribuirme méritos que no son míos (qué hospitalario es el portugués), y por si me ha traicionado algún falso amigo y alguno de vosotros, buenos amigos, lo detecta, transcribo la versión original del poema, recogido en Viagem (1939), su primer libro.

MOTIVO

Eu canto porque o instante existe
e a minha vida está completa.
Nâo sou alegre nem sou triste:
sou poeta.

Irmâo das coisas fugidias,
nâo sinto gozo nem tormento.
Atravesso noites e dias
no vento.

Se desmorono ou se edifico,
se permaneço ou me desfaço
—nâo sei, nâo sei. Nâo sei se fico
ou passo.

Sei que canto. E a cançâo é tudo.
Tem sangue eterno e asa ritmada.
E um dia sei que estarei mudo:
—mais nada.

miércoles, 6 de diciembre de 2006

Metacolumnismo

Soy tan antiguo que en materia de ingeniería naval los compartimentos estancos todavían no han llegado a mi alma. Lo malo —seamos sinceros— del artículo de hoy es que resulta llorón. Estaba triste por razones estrictamente privadas, y se me contagió a la columna, que pasaba por allí. Y es una pena —valga la redundancia— porque en literatura el que llora no mama. Los tics sociales que trato de denunciar se lo merecen, por supuesto, pero la denuncia está desactivada por la falta de unas gotas de lo que Víctor Botas llamaba "coña beatífica", que en mi caso al menos es beatífica (o tiene que serlo) en todos sus sentidos.

martes, 5 de diciembre de 2006

Autocensura

En el artículo de mañana, que escribí ayer, opino que celebrar la Constitución en su día es una redundancia: por la mañana, en sus camas, hasta los nacionalistas más cerriles van a estar encantados con el orden constitucional. Aleluya. Y añadía: “algo similar pasará dentro de dos días: incluso los laicistas más recalcitrantes sentirán una gran devoción y gratitud hacia el dogma de la Inmaculada Concepción”. Pero haciendo uso de la mejor de las censuras, que es, como sabía el marqués de Valdegamas, la autocensura, he borrado esa frase. Más que nada porque es verdad. Dejemos que la piedad mariana fluya naturalmente en nuestros festivos y perezosos corazones y, sobre todo, que no caiga en la cuenta Zapatero… Que él es muy capaz de volarnos el puente.

lunes, 4 de diciembre de 2006

El blog es un deporte en equipo

Uno es individualista, o sea, un poco chupón, y cuando empezó en esto del blogg, pensaba que lo suyo era correr por la banda (no hace falta decir cuál), sortear a los contrarios y chutar a portería, por si entraba. Lo mío era la jugada personal (o jugarreta, según qué afición).

Pero fijándome en los grandes, me he dado cuenta de que aquí se compite en equipo. A veces, casi siempre, hay que parar el balón y levantar la vista y hacer un pase en profundidad. Una de las estrellas del campo, Compostela, lo hace con una precisión que ya quisiera Beckham.

Yo, hoy, antes de llegar al banderín del corner, miraré con el rabillo del ojo y buscaré a un compañero que remate a gol. Veo desmarcada a Llir con dos haikus inmejorables. Mi centro ahí va.

domingo, 3 de diciembre de 2006

Premio Cervantes

El premio en almoneda
Caballero venal perdió en el duelo.
Lo ganó Gamoneda.
Tanto uno como otro —me consuelo—
son lo mismo. Aunque un mérito les queda
que justifica el premio —y el libelo—:
la gracia que a ninguno le dio el cielo.

sábado, 2 de diciembre de 2006

Manifestación

A la de hace justo una semana no pude ir por causa de fuerza mayor; y, aunque no soy nada forofo de las manifestaciones, sentí muchísimo no estar con las víctimas del terrorismo, que es lo fundamental. En las anteriores participé, y a mucha honra, pero haciendo un esfuerzo, venciéndome. Mi ideal de compromiso cívico es el que ahora ejerzo: en casa, oyendo el Requiem de Brahms, delante del ordenador, defendiendo mis ideas con las palabras y mi firma.

En las manifestaciones, en cambio, apenas me sale la voz para corear los eslóganes, meneo torpemente la bandera y, cuando se entona un “bote, bote,/ Zapatero el que no bote”, la fuerza de la gravedad atornilla mis vergonzosos talones al asfalto.

A otros muchos les pasa igual. Nuestra reticencia interior tiene un fundamento. Los marxismos, torrefactos o descafeínados, son partidarios de la masa por encima del individuo y es lógico que en las grandes aglomeraciones se sientan como pez en el agua. Nosotros creemos en el ser humano y en la dignidad insuperable de la persona, y nos resulta incómodo si parece que la suma total importa más que cada uno. Contra eso nos previno Søren Kierkegaard.

Y, sin embargo, hay que ir a estas manifestaciones multitudinarias de apoyo a las víctimas, de repulsa a la rendición, de defensa de España, de rebelión cívica, manifestaciones que hasta el solitario filósofo danés aprobaría. Puesto que Zapatero y sus socios ni atienden ni entienden las razones de la lógica y de la justicia, a ver si en su propio lenguaje y repitiéndolo muy alto…
[En Alba]

jueves, 30 de noviembre de 2006

Dos erratas

o, mejor dicho, errores, en la presentación de ayer de Oficio. En mi intervención, recordé la primera vez que se habló de antologar a Ibáñez Langlois. Y recordé mal. Efectivamente fue en El Puerto y en el 2001, pero dije que los contertulios éramos Fidel Villegas, Pablo Moreno, un desconocido y yo. Ya podía haberme olvidado de mí mismo, porque luego, ayudados por la cerveza y el tinto de verano, caímos en la cuenta de que el presunto desconocido era, nada más y nada menos, que Alejandro Martín Navarro. Y el otro error fue que el poema de Futurologías que yo creía haberles recitado en aquella ocasión era el 71. Después, ayudados por más cervezas y otro tinto de verano, descubrimos que había sido el 99:

Volvamos a la estética cosmética
es norma imperativa del milenio
que todas las mujeres sean bellas
estoy con la hermosura 100%
manifiesta el futuro sin ambages
aún a costa de ser malentendido
por sectas de feísmo impenitente
puritanos y/o neo platónicos
de incierto porvenir hay que decirlo
sí que todas las evas sean hermosas
se les pide lo mismo que a las flores
y lo mismo que a la naturaleza
en verano en invierno cuando sea
belleza juvenil belleza llena de años
lo feo es una cosa dolorosa
lo digo con respeto no se crean
fealdad prohibida respeto por la vista pulchrum quod visum placet
y las feas qué harán qué harán las fellas?
que se vuelvan hermosas a fuerza de virtud
pulchrum verum bonum unidad del ser
la ciencia metafísica me apoya
oh buen dar con las damas testarudas
se les dice que deben ser fermosas
y ellas dale que dale con ser feas
dirá algún moralista qué culpa tienen ellas
lo que natura non da ni la virtud lo presta
lo dirán ellas mismas es injusto horroroso
no es injusto señor no enteramente
pues no quedamos en que la mujer
era tan pero tan psicosomática
y más aún tan ético místicosomática?
después de cierta edad no demasiada
cada uno responde de su cara
no recuerdo quién dijo cosa tal
en cincuenta por ciento la suscribo
cada uno es el artista de su rostro
el material sin duda viene dado
pero algo de la forma es imputable
el rostro humano no es como una roca
cada uno moldea ciertos rasgos
lo afea o embellece según sus pensamientos
su conducta secreta sus estados de ánimo
todo el mundo interior se somatiza
se convierte en mirada turbia o clara
en nariz de usurero o de madonna
hay arrugas que indican pura envidia
hay pestañas que crecen a fuerza de candor
el adulterio marca las ojeras
el mirar limpio o sucio es puro espíritu
qué recónditos mundos no delata
el que no da los ojos frente a frente
puede darse por casi comprobado
que está ya poseído por Satán
hasta el sueño se imprime en la mirada
el optimismo afina el labio superior
enojo y mansedumbre dibujan el perfil
lo que se piensa al quedarse dormido
moldea con los años nuestra frente
el espíritu es cóncavo o convexo
un rostro hermoso es obra del espíritu
que labora con lenta inmemorial experiencia

[...]

miércoles, 29 de noviembre de 2006

Una abuela insólita

Como están de actualidad los abuelos de unos y de otros, tengo excusa para hablar de mi abuela paterna, que es la que hoy me interesa. Unos versos de Alberti, de Marinero en tierra, podrían estarle dirigidos: “Yo te hablaba con banderas,/ hija de la panadera,/ la que siempre eras de pan/ entre la grey marinera.” Coinciden el lugar (El Puerto de Santa María), el tiempo (los felices veinte del siglo pasado) y las circunstancias: su madre había heredado el negocio familiar de la panadería, mientras que su padre, además de médico, era armador de pesca.

Con independencia de esa temprana e hipotética entrada en la literatura, ella fue labrándose una leyenda por méritos propios. De jovencita, a la vez que acababa su carrera de piano, Meme Máiquez se atrevía a practicar el piragüismo por el río Guadalete. También el ciclismo, a pesar de los perros y la chiquillería, que celosos guardianes de un machismo cerril, salían a ladrarle “¡Machota, machota!” y a tirarle piedras. Sus indignados nietos le preguntábamos qué hacía ella entonces. Contestaba sonriendo: “Soltar patadas desde la bicicleta…”

La vida no le permitió acomodarse a lo establecido. Cuando señora felizmente casada y madre de tres hijos, enviudó pronto y tuvo que ponerse al frente de la panadería. A principios de los sesenta, una empresaria era una rareza. Si después le venían con la modernidad y la liberación de la mujer, no hacía más que un guiño suyo de ojos muy particular, que a mí me gustaría haber heredado.

De la brega, junto al ejemplo que nos dejó, le quedó la costumbre profesional de llamar al pan, pan. Y otra, muy extraña en una abuela, de alabarnos el trabajo constante en lugar de insistir en efusiones sentimentales. Ella, lúcida y aficionada a la lectura, alguna vez me confesó que, si escribiésemos entre los dos sus recuerdos, habría que titularlos: Memorias de una abuela insólita. Tan insólita que celebró el nacimiento de su primer nieto sacándose el carné de conducir para visitarlo a menudo. Teniendo en cuenta que aquel nieto era yo y que no se ha cansado de verme, el paciente lector puede hacerse cargo de lo insólita que es; aunque tal vez no tanto como presume, y en secreto sea una abuela tan sentimental como la que más.

Ahora, muy mayor y enferma, desde la fe que enseñó a sus hijos, se va acercando a la plenitud descrita por el poeta Ángel Martínez Baigorri en similares circunstancias: “Voy llegando a la edad perfecta: eterno”. Pero no va a llegar, fiel a sí misma, sin dejarnos antes otro ejemplo: el de cómo se realiza bien el trabajo último. Y mientras, como si fuese en una bicicleta, le irá soltando alguna que otra patada a la enfermedad, sin perder casi nunca la sonrisa.
[En el Grupo Joly, hoy]

martes, 28 de noviembre de 2006

La guasa de la musa

Lo tengo experimentado, pero siempre consuela (a mí, no a usted, inteligentísimo lector) ver que el mal es de muchos. Diego Reche, mi anfitrión almeriense, además de la invitación, me regaló sus libros, a los que volveremos. En uno de ellos, El autobús de septiembre, que va sobre el dichoso mes famoso, tan melancólico-poético, escribe este poemita, en el que se fotografía la sonrisa juguetona de la musa, tan puñetera y graciosa:
CAPRICHOS DEL VERSO
Y los mejores versos
sobre septiembre
siempre nacen por julio
o por diciembre.

lunes, 27 de noviembre de 2006

Si no lo video no lo creo

¡Pues no es Aznar, alias "el Azores", la cobertura ética de Zapatero!

Baú de espantos


Si lo llega a saber, no sale del baúl. Y ahora se estará revolviendo en su tumba. A Pessoa, que es uno (o varios) de los grandes poetas del siglo XX los pequeños y decimonónicos nacionalistas vascos le han cogido una frase para decir, catetos, todo lo contrario. Álvaro de Campos diría, no sé si en portugués o en inglés: "La fama siempre es mala y peor cuando es buena y te pone al alcance de los tontos, que se hacen con ella un capirote", y Ricardo Reis asentiría en latín. Seguro que en vascuence no, porque ninguno de ellos era buena persona...

Quitando el pésame a Pessoa, yo estoy satisfecho con la campaña, que me reafirma en mi amor por el inglés y en mis aventuras con el portugués, hacia el que me empujaron cosas como ésta. Y para colmo de dicha, compruebo que por la boca muere el euskaldun: en su misma campaña se retratan.




Ellos sí.

domingo, 26 de noviembre de 2006

Volubles opiniones

Ayer por la mañana pensé que en la entrada de hoy me lamentaría de mi escaso futuro como crítico. Andrés Trapiello había dado a entender que leyó los miles de versos de Pere Gimferrer para llegar a la tremenda conclusión de que el verso desmemoriado es el mejor de los suyos (de P. G.). Yo soy incapaz de avanzar por un poemario malo o, para ser más posmoderno, por uno que subjetivamente no me gusta. Se me cae de las manos. Si hablé una vez del Manual de Infractores de J.M.C.B., fue porque medió el encargo de una revista y ya sabía Quevedo que poderoso caballero es etc. Pero si no empuja el vil elemento, releo a Dante. Y así no hay manera de construir una crítica sólida, avisada.

A media tarde, empecé a sospechar de Trapiello. ¿Se habría metido de verdad entre pecho y espalda los miles de fersos de Gimverrer? ¿O habrá afilado sus frases a medias entre la intuición y la hipérbole? A veces ("por qué no", me susurraba la esperanza) es posible conocer a un poeta leyendo sólo una parte de su obra, sobre todo cuando el poeta no es gran cosa.

Ya por la noche levanté los ojos al cielo, del que todavía caían algunas gotas escurridas, y, entre dos nubes, vi tres o cuatro estrellas. Y me oí susurrando lo de Juan Carlos Mestre:
Las estrellas para quien las trabaja
y supe que ése era el mejor verso de los cientos suyos. Aunque algún otro valioso tendrá el hombre y aunque yo no lo haya leído apenas, ése es su mejor verso, sin duda.

sábado, 25 de noviembre de 2006

Los duendes y el ángel

Querría yo saber quién es el duende maléfico, si el de las imprentas o el mismísimo Trapiello. O preguntándolo con menos rodeos: ¿será verdad lo que nos cuenta A. T. en su El arca de las palabras del famoso verso de P. Gimferrer?
Se ha hablado mucho del célebre duende de las imprentas. Si se le tiene a favor, qué duda cabe, nos beneficiará con erratas que mejorarán nuestro texto original. Cierto poeta debía el único verso de valor que escribió entre los miles suyos a una errata. El original decía "Si pierdo la memoria, qué pereza"; pero al linotipista se le deslizó el hallazgo: "Si pierdo la memoria, qué pureza", y el poeta no restituyó desde luego ese acierto que no era suyo, porque en ese caso se hubiera quedado, tras larga vida, con las manos vacías.
De todas maneras, con ese verso controvertido, lo mejor lo hace el ángel de Feu. Abel, que es justo y no debe de tener remordimientos y le sobra sentido común, cuando escucha lo de Gimferrer, propone esta corrección:
Si pierdo la memoria, qué putada.

viernes, 24 de noviembre de 2006

Caos

Y, en medio de todo, la consulto y lo veo claro: mi agenda pertenece al género de la literatura fantástica.

jueves, 23 de noviembre de 2006

Privilegio

Hay privilegios, en cambio, que, para colmo de dicha, llevan aparejado el gustoso deber de divulgarlos. Hablando por teléfono, Miguel d'Ors me ha regalado un verso (otro uni-verso) del navarro-nicaragüense Ángel Martínez Baigorri. El verso es magnífico por lo que dice y por cómo lo dice, como tiene que ser. Fíjense en los acentos: al principio están puestos a salta de mata y sólo por sorpresa el de "edad" cae en sexta, pero a partir de ahí todo va cuadrando, alcanzando la plenitud. Pertenece a un poema escrito cuando el hombre, ya muy mayor, se entera de que padece una grave enfermedad.
Voy llegando a la edad perfecta: eterno.

miércoles, 22 de noviembre de 2006

Patas arriba

Hegel vio que el hombre moderno había sustituido la oración de la mañana por la lectura del periódico. El hecho es tan indudable como que en el pecado llevamos la penitencia, pues, en vez de amanecer con la paz interior que produce el contacto con el Absoluto, empezamos el día con el pesimismo y la inquietud que, por regla general, suelen producir las últimas noticias.

Cunde la sensación, que se acelera por días, de que todo anda al revés. Los jueces son, dicen, los que entorpecen el proceso, mientras que De Juana Chaos (veinticinco asesinatos) es un hombre de paz; las víctimas molestan y los batasunos son interlocutores necesarios; los alumnos amedrentan a sus profesores y golpean a sus compañeros; el cambio climático caldea los polos; la gente honesta, con la inseguridad ciudadana, se siente perseguida; los perros muerden a sus amos; se puede uno cambiar el sexo en el Registro Civil y/o en el quirófano; el matrimonio es a la carta y los divorcios a la carrera… No se me escapa, desde luego, que estas revoluciones no son equiparables entre sí y que cada una tiene sus peculiaridades; pero lo indiscutible es que el cuadro general es de mucha inestabilidad y que su denominador común es la inversión. Los griegos ya describieron estas épocas hablando de sus efectos colaterales y contagiosos: de hijos que se rebelan contra sus padres y de animales que se revuelven contra sus dueños.

Asomados al balcón del periódico nuestro de cada día, viendo el panorama, parece que se cumplió al pie de la letra aquel poema de José Agustín Goytisolo, que cantaba Paco Ibáñez y que ha acunado la adolescencia de los progres de la generación de, entre otros, el presidente Zapatero: “Érase una vez/ un lobito bueno/ al que maltrataban/ todos los corderos./ Y había también/ un príncipe malo,/ una bruja hermosa/ y un pirata honrado./ Todas estas cosas/ había una vez,/ cuando yo soñaba/ un mundo al revés”. El irrenunciable poeta Javier Salvago, hablando de sus aspiraciones a maldito, nos había advertido “que hay que tener cuidado con los sueños/ porque, a veces, resulta que se cumplen”.

Cumplidos esos ideales del sesenta y ocho, algunos van despertando y se frotan los ojos incrédulos. Otros siguen pensando que soñar no hace daño y se disponen a expandir sus gráciles fantasías por todas las civilizaciones. Yo sigo fiándome del experto Salvago, que lo explicó de forma definitiva en el poema “Epílogo”: “Soñar es gratis, dicen. Sin embargo,/ quien ha soñado sabe que los sueños/ se suelen pagar caros”. Y lo peor es la sospecha de que la factura nos la van a pasar a mi generación y a las siguientes.

[Aviso: en la edición digital, al artículo le han puesto los puntos y aparte puestos al voleo, por lo de patas arriba, supongo.]

martes, 21 de noviembre de 2006

En Almería

Exageré: no estaba a setecientos kilómetros sino a más de novecientos, contando ida y vuelta, que todos hay que conducirlos. El acto poético en Roquetas de Mar resultó bien. Un alumno, la criaturita, me preguntó si no sentía que muchos de los aplausos eran por compromiso. Otra, aprovechando que el motivo de mi visita era hablar de las relaciones entre el poeta y su lector, a raíz del poema aquel, inquirió, más ladina, si escribía por gusto o para que le gustara a la gente. Decidí buscar la querencia, e hice un juego de palabras: "me gusta que guste lo que me gusta". Luego, por darme un respiro, una chica angelical quiso saber, llena de buenas intenciones, si de joven yo imaginé que llegaría a donde lo he hecho [sic] y que influiría tanto [sic, sic] en la juventud [sic, sic, sic]... Contesté lo que pude, embargado por la melancolía: "Qué extraña y breve fue la juventud", pensaba. La lectura de poemas había sido más apacible, creo. El que más gustó fue "Variación Berceuse", supongo que porque, a través de mis variaciones, Juan Ramón Jiménez, autor del original, se abrió camino. Para terminar, recité otro poema a petición, naturalmente, del amable anfitrión. El acto se cerró con una cerrada ovación, valga la redundancia y la rima interna. ¡Y el muchacho del compromiso, que me fijé, cómo aplaudía!

lunes, 20 de noviembre de 2006

Qu'e raro

Qu'e raro es internet. Uno est'a en el Puerto, entra en blogger, y est'a en Holanda, en Buenos Aires o incluso en las ant'ipodas, esto es, en Sevilla (Fernando Villalón dixit). Y hoy, en cambio, que estoy a setecientos kil'ometros, hago click y ya: otra vez en casa.

domingo, 19 de noviembre de 2006

Dudar jamás se pudo

Mi abuela está en el hospital, muy malita. Aunque le cuesta trabajo hablar, me mira, clava los ojos a media altura y me pregunta qué libro es el que traigo en la mano. Tras oír el nombre del autor, suele hacer un gesto de aprobación. Quién sabe si es azul, pero por mis venas corre tinta, pienso orgulloso. El otro día llevaba la antología de José Luis Tejada. Me pidió que se la leyese y, entre poema y poema, me contaba lo buena persona que él era y sus extraordinarias dotes poéticas. Mientras leía en voz alta, yo me iba dando cuenta de la gran influencia que Tejada ha tenido sobre mi propia poesía y me enorgullecía también de este antepasado literario. Lo difícil, en ambos casos, como siempre, es estar a la altura de la genealogía.
HOY POR HOY

Hoy me siento feliz... por nada. ¿Un libro?
¿Una visita? ¿Un grato sueño?
Para ser feliz basta
ver sin angustia deslizarse el tiempo.

Hoy tengo paz. Había
olvidado su rostro blanco, inmenso.
Una mujer que vuelve
a quererme. Que ha vuelto.

Vengan hoy los amigos
que para todos tengo
el silencio bastante y la palabra
encendedora del entendimiento.

Me vaga una sonrisa
muy cerca de la cara. No me atrevo
a sorber, a asumir su mañanía.
Está más cerca Dios... ¿o está más lejos?

Si hoy me llega una tórtola y me canta
despacito, seguro que la entiendo.
Si hoy busco la esmeralda
mayor del mar, la encuentro.

Ha sido una sonrisa,
media lástima, un verso...
Un ángel-niña que se entró en mi casa
y me ha puesto de amor como me ha puesto.

sábado, 18 de noviembre de 2006

Rehacer mi vida

Cada vez que escucho: “Tengo derecho a rehacer mi vida”, me muerdo bien la lengua. Si no, replicaría: “lo que tú tienes es el deber de rehacértela, como todos”. Pero no me entenderían, porque ese derecho no ampara una conversión interior, qué va. Desde los viudos más veloces hasta el cuarentón o cuarentona que sufrió y/o hizo sufrir rupturas y divorcios exprés, clásicos o civilizados, todos lo usan para justificar, como si fuese la panacea universal, un cambio de pareja.

Como cada caso es un mundo, no puedo criticar más que la cursilería de la expresión. Y no del todo, porque, aunque empalagosa, reconoce de alguna manera que una vida se construye sobre el amor. Lo cual es, en el fondo, bonito y, al final, cierto.

Además, ponerme ahora a luchar contra lo cursi sería peor que lo de don Quijote y los molinos, que aquí de la horterada edulcorada no se libra, de Zapatero abajo, ninguno. Así que dejémosles con su derecho a rehacer (una y mil veces) sus frases hechas, y volvámonos nosotros (quiero decir, yo) a nuestros deberes, o sea, a lo que importa.

A mí me vendría bastante bien una manita de restauración. Claro que apenas si me atrevo a mentar lo de “rehacer mi vida”, no vaya a leerlo mi mujer y me malinterprete. En realidad, es todo lo contrario: la relación que más nos cambia es la que menos cambia, porque las reformas bien entendidas empiezan por uno mismo y no tienen fin y lo demás distrae. Fíjense que no hay nada más revolucionario ni transformante que el amor de Dios, que es el Motor Inmóvil.
[En el semanario Alba]

viernes, 17 de noviembre de 2006

Acertijo

Me llevé la alegría de ver que está página había recibido 17 entradas desde Méjico. Yo, tan sensible (sentimental y sensitivo) a las realidades nacionales del otro lado del Atlántico, estaba radiante. Pero la curiosidad mató al gato, y trasteando en las estadísticas del blogg, vi que todos los mejicanos habían buscado "adivinanza rayos y truenos". Vaya, dije desilusionado, en algún colegio de allá un profesor les habrá encargado un trabajo sobre adivinanzas, y la corriente del golfo de google los arrastró a mi bahía. Luego, pensé en aquellos muchachos, que se habrán llevado también su chasco al hacer click aquick [sick] esperando una ayudita de estos Rayos y truenos. Por si aún estoy a tiempo, les propongo este sencillo acertijo. No es gran cosa, aunque, con suerte, para un trabajo escolar quizá les sirva:

Con su grave voz el true...
no llega a anunciarlo no.
En cambio, aunque él corra, yo
ya te lo he dicho. Y brilló.

jueves, 16 de noviembre de 2006

aPLAuso

Yo no me opongo a que la gente progrese. ¡Peor para ella!
[Josep Pla, en Sentencias y aforismos, pág 120, a]

Día de perros

No se me oculta que la expresión puede tener otro origen, mucho más triste, basado en la suerte de los perros callejeros. Pero (¡un rompimiento de gloria en este día de rayos y truenos!) de pronto he caído en que es posible que el primero que inventó la expresión pensara que un día de perros lo es para sus dueños, porque con la lluvia los perros no pueden salir y saltan histéricos por la casa y, cuando uno se cansa y los saca, arañan la puerta y gimen y se los deja entrar y se han metido en algún charco y llenan de barro el salón y te ponen las patitas --qué cariñosos-- en tu pantalón nuevo, que lleva estampadas ya todo el día, para regocijo de tus alumnos, unas huellecitas como de ciento y un dálmatas...

Me rajo y...

cada día más lejos, obiangmente

miércoles, 15 de noviembre de 2006

Divagaciones del vago estío (en pleno y ocupado otoño)

TEMPORADA OTOÑO/INVIERNO

Aprovechando que mis colegas de columnismo están cantándole las cuarenta a Zapatero por sus declaraciones sobre De Juana —que dice que es un hombre de paz—, sobre los jueces —que dice que entorpecen el proceso— y sobre el robo etarra de pistolas en Francia —del que no dice nada—, hoy me puedo permitir el lujo de mirar a la calle sin mayores pretensiones.

Y la calle es extraordinaria, con sus viandantes, que cambian cada temporada. Mi afición por la ropa es relativa, casi una excusa para la contemplación, aunque un poco más: me atrae mucho esa cosa abstracta e inasible, cada vez más rara, que se llama “elegancia”. De lo que no soy muy partidario es de las filosofías alrededor del vestir. La moda es una alegre frivolidad: si nos ponemos muy graves, la rebajamos, haciéndola aburrida y pretenciosa.

Yo últimamente prefiero el otoño/invierno. En verano, hay chicas que creen que siguen la moda y es la moda la que las persigue y atropella. Quiero decir, que van a la última, pero olvidan el principio de que no todo favorece a todo el mundo. Deberían mirar menos revistas y más espejos. En verano, con la ropa entalladita y los ombligos por los aires, algunas no van bien, dicho sea con respeto. (Algunos tampoco, pero eso me afecta menos.) Con la fresca, en invierno, los chalecos, las bufandas, los abrigos abrazan mejor cualquier anatomía. La calle pierde emociones fuertes, pero también se evitan sobresaltos.

Otra ventaja es que los tatuajes hibernan. No es que no me interesen, sino que lo hacen demasiado. Fuerzo mi vista de miope por descifrar los caracteres chinos o góticos que se grabó esa buena chica en su tersa espalda y acabo siempre descubierto, por ella o por su atento novio, que es peor. Lo más extravagante de los tatuajes es que estén de moda, porque moda es lo que pasa de moda, mientras que un tatuaje es imborrable, permanente. Más apropiadas a las mudanzas de lo fashion parecerían las efímeras calcamonías. Los tatuajes tradicionalmente se reservaban para lo más sólido, como el amor de madre o el Cristo de la Legión.

Y acaba uno reflexionando sobre el hecho de que nuestros adolescentes imiten en sus hábitos (de vestir; no de actuar, espero) a grupos marginales o fuera de la ley. ¿Será casual eso de llevar los pantalones sucios, sin cinturón, caídos, y los zapatos sin cordones, como los presidiarios norteamericanos? ¿Los piercings qué quieren decir? Ya confesé que hoy no toca hablar de política, así que no recitaré ahora los proféticos versos de Antonio Machado: “Qué difícil es / cuando todo baja / no bajar también”.

Y, además, aún nos quedan las magníficas, las clásicas treintañeras.
[Publicado en el Grupo Joly]

martes, 14 de noviembre de 2006

Chasco y recompensa

Después de varias semanas en las que apenas he podido leer por gusto ocupado en escribir, entre otros encargos, un prólogo; abro por fin un libro. Y de pronto me doy cuenta de que he empezado directamente por la página 103, saltándome con agilidad el extenso estudio preliminar, ¡con el esfuerzo que le habrá costado al pobre Jaime Siles...! Y cae sobre mí, como un jarro de agua fría, la inutilidad de mis desvelos. Aunque enseguida lo olvido, reconfortado por la voz de José Luis Tejada, cuyos primeros versos no conocía. Éstos, por ejemplo:
Dicen que sigo siendo un niño...
Que no he vivido, que no sé.
Yo, alguna vez, pienso lo mismo:
Que soy un niño, ¡bueno y qué!

lunes, 13 de noviembre de 2006

Elogio breve del divorcio exprés

Ayer, antes de almorzar, acababa mi próxima colaboración con Alba, donde me dejaré caer --con la levedad de una hoja otoñal-- contra el divorcio. Mi mujer me llamó cuando la comida estuvo lista [Nota para los vigilantes de lo políticamente correcto: entre semana cocino yo]. Tuvo doble mérito su sesión de restauración, porque ella estaba desganada y sólo tomó fruta. Yo comí como siempre, esto es, por los dos. A la media hora, la cabeza me estallaba y el estómago se derrumbaba como el Estado de Derecho. Algo me había sentado mal, muy mal. Acostado, con la cama dando vueltas en el vacío, por un momento recordé el divorcio exprés con gratitud. No porque yo pensara divorciarme, eso no; sino porque su mera existencia hacía inverosímil un asesinato con cianuro.

domingo, 12 de noviembre de 2006

Se le Silva y aplaude

Los asiduos de este blogg [Dios se lo pague] ya leyeron que con una mano pegué a Alberto Silva un tironcete de orejas por su traducción del haiku del deshielo y que con la otra le di unas condescendientes palmaditas en la espalda cuando el barbero. Para ius suum cuique tribuere, ahora golpeo ambas manos y le dedico un merecido aplauso en mi crítica a la parte ídem de su libro, El ídem del haiku.

Y como sí hay tres sin cuatro (y más en el haiku) prometo dejar descansar a Silva por mucho tiempo en la paz de mis estanterías.

sábado, 11 de noviembre de 2006

Bomba va

Hoy pensaba enlazar con mi reseña sobre los haikus en Poesía Digital, pero lo dejaremos para mañana. Y enlazaré con Poesía Digital el adelanto de mi prólogo sobre Ibáñez Langlois. ¿El motivo del cambio de planes? Que Ignacio, la voz crítica más culta y ponderada de este blogg, también la más valiente, porque hay algún usuario anónimo que no tira mal, pero, como lo hace con máscara, cuesta cogerle cariño, Ignacio, decía, me preguntaba en los comentarios de ayer qué pensaba de mi tiempo, que a él le entusiasma. Y aunque la famosa cita de Ortega no está mal, yo prefiero este fragmento dogmático de Ibáñez, con el que estoy tan identificado que puede servir de respuesta mía. ¡Bomba va!:
[…]
pero este hombre dirán este cristiano
este hombre no es amante de su tiempo
sólo sabe escupir al siglo XX
tiempo mío
o tempora o mores
tiempo mío mi amor
yo no te escupiré pues tú eres yo
los tiempos dijo Agustín somos nosotros
mi amado siglo XX
no eres bueno pero eres mi persona
una mierda serás pero eres yo
eres todos mis ego uno por uno
eres todos los cristos mis hermanos
I love you 20th century sincerely
I am crazy about you my dearest time
oui je t'aime dans la joie ou la douleur
ti voglio tanto bene o tempo o sole mio
si quieres te declaro en sánscrito mi amor
en esdrújulo adorote mi tempora
en estructuralista si lo entiendes mejor
lo cual es para mí la peor humillación
[…]

viernes, 10 de noviembre de 2006

Bibliafilia

Pregunto a mis alumnos que, si leyeran o leyesen, qué libros les gustarían. Uno apunta Romeo y Julieta, y todos (adolescentes, al fin y al cabo) se suman entusiasmados a la romántica propuesta. A la ocasión la pintan calva, y yo les halago el gusto y entono mis loas al Bardo. Y sumo y sigo: hay libros que uno tiene que leer antes de morirse: Shakespeare, por supuesto, y las Coplas a la muerte de su padre, la Iliada, el Quijote, la Comedia, la Biblia... Cuando nombro la Biblia, dan un respingo; pero como son buenas personas y no están todavía dispuestos a pensar que he perdido la cabeza, tratan de encontrar alguna explicación. Uno, más reflexivo, musita:
--Claro, si la Biblia se lee sin rollos religiosos, como un libro de aventuras, tipo El señor de los anillos, puede estar bien...
Todos suspiran aliviados. El respingo ahora lo doy yo.

Antes de que me dé tiempo a quejarme de la LOGSE y ESO, me encuentro por la tarde con un amigo. Está literalmente deslumbrado con las Radiaciones de Jünger. Me intereso y me cuenta que, además, no sale de su asombro por las extrañas coincidencias entre el alemán y él. Me intereso más y me cuenta más:
--Por ejemplo, afinidades curiosísimas, como que Jünger, igual que yo hace algunos años, leía todos las mañanas la Biblia. ¡Fíjate qué cosa! Era un hombre cultísimo, capaz de citar, no sé, el Eclesiastés o los Salmos...
¿Notaría mi respingo?

jueves, 9 de noviembre de 2006

Privilegios

Quien protesta contra los privilegios es porque no los ha tenido jamás. Y quien entienda la frase anterior como un regate cínico es porque no los ha tenido jamás. Quien ha gozado de algún privilegio alguna vez sabe, como explicaba Ortega y Gasset en La rebelión de las masas, que el privilegio, mucho antes que cualquier otra cosa, es una exigencia. Hay que mantenerlo: mantenerse a su altura. A mí, un magnífico poeta me manda sus inéditos. Asisto así, desde la primera fila, al trabajo de un grande, lo cual es muy instructivo y apasionante. A cambio, sin embargo, tengo que hacer los comentarios justos, que no es fácil. No me los manda para que le aplauda, como es lógico, pero una crítica que se pase es peor, como en el juego de las siete y media. Con todo, lo más duro, desde que mantengo este blogg, es el silencio sacramental: no poder colgar aquí algunos de esos poemas, que tanto os gustarían.
*
Hecha mi queja, os recuerdo que todos tenemos nuestro buen puñado de privilegios; sólo que la primera exigencia de un privilegio es saber verlo como tal. Así que abrid bien los ojos.

miércoles, 8 de noviembre de 2006

Algo huele a podrido

En Dinamarca, sí, es donde lo huelen; pero el hedor les llega desde España. Un reportaje de la televisión pública danesa ha puesto al descubierto que en Barcelona se realizan abortos a mujeres embarazadas de hasta más de siete meses que cumplan con la exigencia de soltar la pasta (4000 €). Las otros requisitos legales son meros formalismos para cubrir las espaldas al boyante negocio.

En Dinamarca la noticia ha escocido mucho; aquí, tal vez porque estamos hechos al olor, ha dado igual. No es extraño: tampoco preocupó demasiado saber que superamos las noventa mil interrupciones voluntarias del embarazo por año, que es una cada cinco minutos. Al Ministerio de Sanidad le preocupa más el tabaco.

Mientras tanto, las inquietudes de los educados ciudadanos son el precio de la vivienda y el paro, aunque las que uno percibe en la calle son los resultados del Cádiz C.F. y el pronóstico del tiempo para el próximo fin de semana. De esta atonía general apenas se sale para protestar airadamente contra la crispación que provocan algunos medios de comunicación. Sin ánimo de molestar a nadie, para mí que crispan poco y por muy pocas cosas.

Está bien ver fatal el proceso de desguace de la Constitución, la negociación con la ETA y el ascenso de los nacionalismos insolidarios; pero aún estaría mejor si se cayese en la cuenta de que la ley del aborto ya en 1985 se pasó por el arco del triunfo el artículo 15 de la Carta Magna, que el Tribunal Constitucional ya miró para otro lado y que la práctica de aquella ley desde hace años es un continuo fraude de ley. Ni al PSOE ni al PP ni a casi nadie nada de esto le ha quitado nunca el sueño.

En Dakota del Sur se celebró ayer un referéndum sobre el aborto. Allí la vitalidad del movimiento pro-vida es arrolladora, pero nosotros de Estados Unidos sólo importamos lo que menos importa: el Halloween y la comida basura. Cuestión de gusto, desde luego. Y un indicio de nuestro nivel cultural, social y moral. En las elecciones catalanas, arrasó la abstención, que todos se apresuran a interpretar según su conveniencia. En realidad, la abstención es un voto a favor del nihilismo, nuestro partido mayoritario.

No estoy defendiendo que, ante las tremendas cifras del aborto, dejen de importarnos el paro, la conservación del lince ibérico, el futuro de la nación española, el buen tiempo para el fin de semana, la pobreza en el mundo o los goles que le meten al Cádiz. En el corazón del hombre, si se ordena bien, cabe todo y, además, todo eso, junto, es la vida, esta aventura difícil y vibrante, esta pasión de la que se priva, en España, a una criatura cada cinco minutos.

[Publicada en el Grupo Joly, cuyo enlace sí enlaza]

ACTUALIZACIÓN.- En Dakota del Sur perdió el sí a la vida, desgraciadamente. Aprovechando mi chasco, alguna buena amiga me volverá a reprochar mi fe en la democracia, que es un tema que ya discutiremos otro día. Hoy sólo hay que reconocer la derrota y, a la vez, seguir admirando a los pro-vida que han dado, como don Quijote, la batalla, que la han perdido por un margen estrecho y que en la pelea, razonando y defendiéndose, habrán convencido a mucha gente y salvado vidas, que no hay que contar, porque una, para mí, es diez mil.

martes, 7 de noviembre de 2006

Anda jaleo

Por puro goce estético (versión esperpento) estoy entusiasmado con el segundo Tripartito, aunque para hacer honor (si la palabra no les ofende) a su nombre, deberían repetirlo una vez más, o sea, dar el tripartito salto mortal, con otros dos Estatuts y todo. Puede que en mi visión eufórica del espectáculo tenga algo que ver, amén de la ciclotimia, mi recién adquirido orgullo por la realiá nasioná: ver al cordobés Montilla de Molt Honorable enciende mi fervor y hasta mis ansias expansionistas. De aquí a unos años, será un fundamento histórico (de más fuste que otros) para pedir Cataluña como territorio de los paízeh béticoh. Montilla, para acomodarse a lo que viene, podría empezar por entonar un nuevo himno:
Yo me alivié a un pino verde
por ver si la divisaba,
y sólo divisé el polvo
del coche que la llevaba.
Anda jaleo, jaleo:
ya se acabó el alboroto
y vamos al tiroteo.

lunes, 6 de noviembre de 2006

Ciclotímico

La famosa vanidad del escritor, tan justamente ridiculizada, es un necesario intrumento de trabajo. Si uno no pensase --cegado por la euforia-- que tiene algo que aportar, para qué hablar. Lo digo por experiencias.

domingo, 5 de noviembre de 2006

En realidad, la realidad

Pues vaya,va a resultar que, en realidad, uno es andaluz hasta la médula y de primera y sin enterarse. Yo, con la mano en el pecho, lo que me considero es español (de ambos hemisferios), aunque luego espere mucho de Europa (la de Jaime) y, en el fondo del alma, sea universal, i. e., romano. Sin embargo, uno lee el primer párrafo de esto y recuerda estotro, y dice eso: "pues vaya", a esta realidad andaluza me parece que sí pertenezco.

Y luego están los tópicos, como el de la superstición. Me cruzo un gato negro y me quedo igual que si fuera albino: para mí, todos son pardos. Las escaleras —si no hay que subirlas— me dejan indiferente. Y un espejo roto me trae a la cabeza a Mario Quintana, que exclamó, encantado: “Os espelhos partidos tem muito mais luas”. Sin embargo, ayer, colgué mi entrada sobre Pemán y pasó una cosa muy extraña que me puso los pelos (figurados, supersticiosos y andaluces) de punta: salía en la pantalla, pero cuando entraba en blogger para corregir algo no había huella de ella ni tampoco se podían hacer comentarios. Estaba en el limbo de la blogosfera; y yo, que pretendía ayudar a evitarle el purgatorio a la obra pemaniana, empecé a verlo como una señal. “Malo”, me dije. Por la noche, todo se arregló y ahí está la entrada, perfectamente puesta en el blogg y en blogger, y me hago la ilusión de que he roto mi lanza por el autor de La bestia y el ángel.

Pero jamás volveré a fardar de que no soy supersticioso, ay, ni andaluz, olé.

Pen-man

El apellido de don José María Pemán podría tener la misma raíz que Superman o Spiderman: o sea, que sería Penman, el hombre estilográfica. Sus muchos libros le hacen merecedor de esa etimología que lo empareja a los héroes. Para empezar, en vida logró una hazaña increíble: vivir de la escritura. Ahora, que se cumplen veinticinco años de su muerte, está por ver si logra otra: que su escritura siga coleando. Como el Cid Campeador, los escritores tienen que librar la batalla más importante después de muertos.

Su capacidad de trabajo, con la que fizo la primera hazaña, forjó una obra completa un tanto titánica. Sin embargo, al trabajo unió una levedad y una chispa únicas, que hacen que sus mejores artículos se lean hoy con el mismo placer que entonces.. El humor es el gran conservante de la literatura.

Andaba yo leyéndole cuando me encontré con la frase más famosa de Chesterton, que paradójicamente —como en su caso es lógico— Chesterton no dijo jamás: “Cuando deja de creer en Dios, el hombre cree en cualquier cosa”. Pemán, para mi sorpresa, sí la había dicho con sus palabras: “Cuando decimos de una persona que ‘no cree’ lo que sucede es que cree demasiadas cosas”.

Por mucho que los españoles tendamos a no valorar lo nuestro (por eso, los nacionalistas son una españolada exasperada), y a pesar de que Pemán desarrolló buena parte de su obra en un ambiente favorable, entre aplausos, que es algo que quita nervio a una escritura, no podemos renunciar ni a su gracia ni a su pensamiento. Chesterton nos lo aconsejaría vivamente.
[En Alba]

viernes, 3 de noviembre de 2006

No lo arregles, que es peor

Rajoy, para justificar su apoyo al Ejtatuto del reality show, no se le ocurre otra cosa que decir que "la realidad nacional" [sic] andaluza es una cuestión "meramente estética que puede gustar o disgustar pero que carece de relevancia política porque no significa nada".

En la frase el hombre se retrata. Y retrata a la derecha que padecemos, su desdén por la estética ["que puede gustar o no gustar pero que carece de relevancia política porque no significa nada"], su absoluta ignorancia de la fuerza que la belleza esconde, el desinterés por todo lo que no sea fungible. Y luego se extrañan de que los artistas y los intelectuales los desprecien. Meramente es mutuo, don Mariano.

Mutuo, aunque algunos nos quedemos en medio, mustios, recordando al Marqués de Tamarón: "En España no hay conservadores, sino conservaeuros".

jueves, 2 de noviembre de 2006

Hipálage

Así, en el DRAE, queda muy frío:
Figura consistente en referir un complemento a una palabra distinta de aquella a la cual debería referirse lógicamente. El público llenaba las ruidosas gradas.
Incluso el ejemplo, de espectáculo de masas, es mejorable. Luego, uno escucha a Borges citar de nuevo a Virgilio
Ibant obscuri sola sub nocte per umbras
o al árido camello del Lunario, y se empieza a reconciliar con la figura retórica. Y cuando te fijas más, terminas sospechando que es la figura principal de la poesía, pues en ella todo habla de nosotros aunque se nos cuente otra cosa. El "correlato objetivo" del elusivo Eliot es, tal vez, una cáscara de la hipálage.

¿Que por qué me acuerdo hoy de esto? Pues porque me he despertado pensando que el buen Bécquer no estaba hablando de los muertos cuando supiró aquello de:
De un reloj se oía
compasado el péndulo
y de algunos cirios
el chisporroteo.
Tan medroso y triste,
tan oscuro y yerto
todo se encontraba
que pensé un momento:
“¡Dios mío, qué solos
se quedan los muertos!”

Estaba hablando de nosotros, que somos los que nos quedamos.

miércoles, 1 de noviembre de 2006

martes, 31 de octubre de 2006

El Barbero en Japón

El rey de Suecia debe andar con luengas barbas, pues han pasado meses sin que su barbero diera señales de vida. Se entiende, porque ha estado en Japón, trabajando sobre El libro del haiku, cuya selección, traducción y estudio crítico ha realizado Alberto Silva. El barbero ha recortado 10 de los haikus que mejor quedan. Hay otros haikus famosos que son mejores, pero que aquí, en las manos de Silva, se han deshecho un poco. Ya pusimos el ejemplo de la inundación infantil.

Los 10 que se salvan son:

Reconciliados,
el hielo vuelve al agua:
todo ha pasado.
Teishitsu

Flores tardías.
Te vas hecha un mar de dudas,
¡primavera!

Buson

Se escapó el canario
como se esfuma un día más
de primavera.

Shiki

La luna de estío, yo
al sereno, en un puente.
Al fin solos, los dos.

Kikushani

Mañana fría:
entona alegres sutras

el novicio.
Shiki

¡Si ella viviera
y penar los dos juntos
viendo nacer la luna!
Shiki

La luna, temeraria,
se zambulle en el agua
y reflota.

Ryôta

Tras la tormenta,
el alba. (Las sandías
no se enteran de nada.)

Sodô

¿Mi biografía?
—Le gustaba aquel haiku,
el de los caquis.

Shiki

Me voy.
Te quedas.
Dos otoños.
Buson

[Aprovechando el trabajo del barbero, voy a pasarle estos haikus a mis alumnos, para que escogan el mejor y el peor, y a ver qué sale. A mí, el que más me gusta es el primero, sin hacerle ascos al último; pero mi sospecha es que ganará la luna que reflota, con su aire popular. Después les cuento.]

lunes, 30 de octubre de 2006

Más justicia

No es un homenaje a Lula. Si hoy traigo aquí unos versos del brasileño Mario Quintana es por una estricta cuestión de justicia. Mientras yo finalizo (remato, dirá alguno) la traducción de sus versos, es justo que él me cubra las espaldas y haga el blogg. Ustedes saldrán ganando, desde luego:
¡MILAGRO!

En este mundo, de prodigios
y de la gracia de Dios lleno,
nada más sobrenatural
que los ateos.

domingo, 29 de octubre de 2006

Sacar punta

Como era de esperar, la sangría no llegó al río. Pero eso sí la boda fue festiva, con toda clase de halos, no sólo el boozy. El feliz Beades juntó a poetas numerosos, y hubo conversaciones líricas para dar y regalar. Ahora bien, antes de regalarlas, a las conversaciones hay que sacarles punta, porque en su momento se habla al por mayor, sin dar barniz, sin orden ni concierto. Aunque el concierto, en la boda, no brillaba por su ausencia. Entre el jolgorio y la música, memoricé algunos retazos de conversación que irán saliendo por aquí, envueltas en reflexión retrospectiva. Por ejemplo, Jesús Tejada contó que en El Puerto de Santa María el "zaguán" se llama "casa-puerta". Él y yo, los portuenses, esperábamos un clamor de entusiasmo, pero no. O preferían la palabra “zaguán”, como Rocío Arana, o se dedicaban al postre con una completa indiferencia (que es peor). Ahora he caído en que “casa-puerta” es un caso de genitivo sajón, propio de una zona de influencia británica como la nuestra. —Digo yo que con esa defensa gramático-etimológico-social a lo mejor hubiesen echado cuenta a las peculiares idiomáticas de nuestro pueblo, Jesús, aunque nunca se sabe…

viernes, 27 de octubre de 2006

Viernes, boda, Beades y beodos

Sería una pena que la austeridad propia de los poetas católicos nos fastidiase la festiva aliteración que da título a esta entrada. Yo, a pesar de que no llegará la sangría al río Guadalquivir, alitero; y me amparo en "the boozy halo of Catholicism", que hicieron memorable Chesterton y Belloc, y en la sugestiva cita de los Hechos de los Apóstoles que enriquece la invitación de la boda: "Otros en cambio decían riéndose: «¡Están llenos de mosto!»"[2, 13].
*
Lo que me recuerda que en el piso que alquilamos cuando recién casados, no había sitio para libros, así que aproveché un mueble-bar estilo remordimiento para ir apilando mis volúmenes. Una noche se hundió el mueble y se rompieron todas las botellas. Cuántas había. Lo curioso es que el libro que estaba enmedio del hondo charco etílico, sorbiendo bien, era Boecio. Resecado (o resacoso), he guardado el volumen como prueba de que a la realidad también le gustan los juegos (incluso forzados) de palabras. Otros días, no hoy, el recuerdo me pone melancólico: ¿y si fue que Boecio no encontró suficiente consolación en la filosofía?

jueves, 26 de octubre de 2006

Vaya con la tabla

Náufrago en un temporal (justamente, que es el tiempo -su falta- lo que me ahoga), me estaba agarrando como a una milagrosa tabla de salvación a la huelga que hoy disfrutan los alumnos de mi instituto.

Pero ahora va Fernández Cerero y me manda por correo la tabla reivindicativa de la cosa:
TABLA REIVINDICATIVA · Plan de inversión de choque para la educación pública para garantizar la construcción de nuevos centros, contratar más profesores, reducir el número de estudiantes por aula, construir plazas en la FP pública e incrementar la cuantía de las becas y el número de becarios. 7% del PIB para la educación pública. · No más privilegios a la educación privada y a la jerarquía eclesiástica. La religión fuera de las aulas. · Ni LOU, ni Planes de Bolonia: universidad pública y gratuita, eliminación de las multas a repetidores. El hijo del obrero a la universidad: ninguna selectividad, ni traba económica para estudiar en la universidad pública. · En los ciclos formativos prácticas remuneradas en las empresas. ¡Basta ya de trabajar gratis! · Por un puesto de trabajo digno al terminar los estudios: Subsidio de desempleo para todos los parados. Salario mínimo de 900 euros al mes. Prohibición de las ETTs: fijo a los quince días. Jornada laboral de 35 horas semanales por ley, sin reducción salarial. · Plan para garantizar viviendas públicas de calidad con alquileres que no superen el 10% de los salarios.

Y ahora ya no sé si es mejor ahogarme y que me trituren los tiburones...

Esto es un plagio como la copia de un pino

La vida literaria tiene mala fama entre los que la practican. Yo, que no suelo, ya os iré contando de este fin de semana como de café Gijón itinerante. Para empezar, esta noche, en Carmona, iremos a oír a Amalia Bautista.
Pero hay una cosa horrible del trato con escritores que sí sé: dicen cosas estupendas, y luego uno se tiene que morder los puños para no robarlas. Por ejemplo, Abel Feu me contó que tenía un juego de palabras preparado para soltarlo como un hachazo sobre el primer carota al que pillara con las manos en la masa... ¡Y voy yo y lo uso de título en esta entrada!

miércoles, 25 de octubre de 2006

Lo siento mucho

1- Que haya usted hecho amablemente click a mi blogg y se encuentre con que hoy no escribo apenas nada.
2- No introducir con alguna reflexión particular, como suelo, mi artículo de hoy, que va a palo seco.
3- Que se me haya pasado el artículo de ma ma marras sin agradecer a mi anfitriona el delicioso postre.
y 4- Pero lo que más siento es que esta tarde Europa (con las esperanzas que yo tengo en ella) nos vaya a clavar su apoyo al proceso por la espalda...
*
ACTUALIZACIÓN

Lo ha dicho Jaime:
Que nadie —iluso— ponga su esperanza
en otra Europa que en la de
Mesanza.