jueves, 2 de noviembre de 2006

Hipálage

Así, en el DRAE, queda muy frío:
Figura consistente en referir un complemento a una palabra distinta de aquella a la cual debería referirse lógicamente. El público llenaba las ruidosas gradas.
Incluso el ejemplo, de espectáculo de masas, es mejorable. Luego, uno escucha a Borges citar de nuevo a Virgilio
Ibant obscuri sola sub nocte per umbras
o al árido camello del Lunario, y se empieza a reconciliar con la figura retórica. Y cuando te fijas más, terminas sospechando que es la figura principal de la poesía, pues en ella todo habla de nosotros aunque se nos cuente otra cosa. El "correlato objetivo" del elusivo Eliot es, tal vez, una cáscara de la hipálage.

¿Que por qué me acuerdo hoy de esto? Pues porque me he despertado pensando que el buen Bécquer no estaba hablando de los muertos cuando supiró aquello de:
De un reloj se oía
compasado el péndulo
y de algunos cirios
el chisporroteo.
Tan medroso y triste,
tan oscuro y yerto
todo se encontraba
que pensé un momento:
“¡Dios mío, qué solos
se quedan los muertos!”

Estaba hablando de nosotros, que somos los que nos quedamos.

5 comentarios:

Ángel Ruiz dijo...

Es verdad, es una hipálage.

Anónimo dijo...

Me acuerdo del espléndido verso de José Mateos, y cito de memoria: "¿a quién de los dos engañó la muerte?". Agradecería que alguien colgara la transcripición correcta del verso.
Buen día para los de aquí y los de Allá.

QRM dijo...

La muerte es un vacío que lo abarca todo, una ausencia que se expande. ¿Oxímoron?

Juan Ignacio dijo...

Con estas interesantes palabras que dices me has ayudado a entender un poco más los funerales laicos (entrada anterior).

Al mismo modo que en los funerales religiosos, tantas veces que nos lamentamos por el otro, en relidad lo estamos haciendo por nosotros.

Así se entiende un poco más la existencia de esos rituales modernos.

Saludos.

Bukowski dijo...

¡Coño, Fernando do Vale!

Grata y enorme alegría verte por aquí.