martes, 16 de octubre de 2007

Paradoja

Las tonterías más grandes las he leído en aforismos.
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— ¿Las llamarán máximas por eso?
— Y en otra versión: Lo malo, si breve, garrafal.
— ¿No sería al revés: Lo malo, si largo, catastrófico?
— Al revés es peor, pero se nota menos. Lo malo, si largo, aletarga. (Recuerden los versículos de Vicente Aleixandre.)

7 comentarios:

Adaldrida dijo...

Ya lo dije en el blog de Monasterio, pero me encantan las bloggerías en forma de diálogos, un poco surrealistas porque no se sabe quiénens son los interlocutores, que son uno mismo y bla... ¡duro por ahí!

Ángel Ruiz dijo...

Muy bien; gran labor la de cargarse la idea de que las máximas son la verdad quintaesenciada simplemente por serlo; las hay que sí y las hay que no, como no podía ser de otro modo. Si las palabras se gastan también las máximas.
Un refrán puede ser malo: el mito de la 'sabiduría popular' (tan del romanticismo) todavía perdura.
Quién dice más máximas ahora: sí, Zapatero.

Jorge Fernández Pavía dijo...

Se podría hacer una antología de versículos de Aleixandre y empezar por éste: "Sonreías, con tu gran pelo rubio donde la luz resbala hermosamente". Lo de "gran pelo" siempre me ha intrigado.

Jesús Sanz Rioja dijo...

Cágonla, con lo que a mí me gusta Aleixandre. En fin, para gustos los colores.

Anónimo dijo...

Pues tienes razón ¿Y por qué se les llamará máximas en vez de mínimas?

En lo de los diálogos estoy con Rocío, sobre todo me entusiasma el interlocutor bla. Ya lo dicen Mario Quintana y su traductor:
"... es que el poeta es una criatura esencialmente dramática".

Anónimo dijo...

Al final, las grandes cosas son pequeñas. De ahí, supongo, llamarlas máximas. De alguna forma sabemos que la verdad es escueta pero enorme, y por eso depositamos nuestras esperanzas en lo breve. Ya me callo.

E. G-Máiquez dijo...

Sí, Carlos; quizá por eso un aforismo malo es tan desesperante.