martes, 9 de septiembre de 2008

Piscinas cubiertas, coches descapotables, premios literarios...

La envidia es tonta. Me tienta
no con lo que a mí me gusta,
sino a ella.

6 comentarios:

Jesús Beades dijo...

Agudísimo.

Como aquel ideal de los demonios de Lewis: que nos pasemos la vida haciendo, ni lo que debíamos, ni lo que nos gustaba.

Anónimo dijo...

grande, breve y en el clavo, ains lo que nos enseñas Enrique!!!

Jesús Cotta Lobato dijo...

Olé

Mery dijo...

La envidia es tonta, tontísima, pero de un puñetero...

Nodisparenalpianista dijo...

Lo malo los que dicen que
la envidia es tanta...

Anónimo dijo...

Eres un genio. Cualquier día te llevas un disgusto.

A mí tampoco me gusta la ropa cara, ni las joyas, ni los muebles de caoba, y no es por el "están verdes" de la zorra, aunque bien podía, es que de verdad no me gustan... pero mira que da rabia que no lo sepan.