lunes, 22 de junio de 2015

De Julia a Julia





Un amigo me confiesa su enamoramiento de Julia Mottram a la altura de la tormenta en el barco. Como bienvenida al club, le cuento mi sorpresa cuando descubrí la relación entre nuestra Julia y la Julia Reis del poema de José Mateos. Le expongo las coincidencias, que fueron, en todo caso, subconscientes, porque, como me confesó Mateos, no lo había escrito pensando en Brideshead, pero había estado viendo por entonces la serie de la BBC, que le impresionó mucho. Están los nombres, los apellidos monosílabos, la perdición, el abandono, la seducción, las copas, la noche, los barcos perdidos y el secreto anhelo (un hilo) de salvación...

No le convenzo. Y, como buen enamorado, me riñe. ¿A quién se le ocurre comparar a Lady Julia con una chica a la que se ve en un asiento trasero de algún coche...? Hago pública mi respuesta, por continuar el debate y porque en este blogg hemos sido siempre muy de Waugh:
Naturalmente Julia Reis no inspiró a Julia Flyte. Es al revés y algo más serio: Julia Reis no hubiese existido sin la liberación de los 20-30 de las Julia Mottram y las Diana Mosley. Como yo lo veo, Reis sería una hija o una nieta de Flyte, más bien, pero con una relación de consanguinidad directa
Y que el glamour no te engañe, querido amigo. No hay diferencia moral alguna entre el asiento trasero de algún coche abandonado y el camarote abandonado de un trasatlántico de lujo en la tormenta. Tampoco entre lo que sabe media universidad y lo que sabe el todo Londres, por no hablar de las aventuras ocasionales que Lady Julia dice en la escena final que vivirá y que no serán nada comparadas al amor que sacrifica.  
Si dejamos que el lujo y la elegancia salven nada, que no lo salvan, nos olvidamos que sólo redime la Gracia, el amor y la Gracia. 


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Gran poema, gran canción, grandes Julias, gran respuesta la tuya.

JLC

Anónimo dijo...

De acuerdo: Recojo el guante.

Concedo que es posible que Julia Reis fuera una nieta de Julia Flyte. Una historia así parece verosímil. Pero quizás sólo lo sea en el sentido de que nos consta que en los años 20-30 florecieron las Mottram, las Mitford y las Lygon, y que de un tiempo a esta parte hay más Julias Reis que botellines. Tal vez de aquellos polvos... o quizás simplemente ha sido el curso de las cosas. Post hoc no significa siempre propter hoc,... pero concedo, concedo. No debemos discutirlo todo.

No concedo en cambio que no haya diferencia moral entre las dos Julias, incluso en los tiempos en los que lady Flyte marchó a un país lejano, viviendo disolutamente. La diferencia, aún entonces, es abismal. Y no ya sólo por el glamour, aunque debería constar en alguna parte que la elegancia es una virtud. No ya sólo por el glamour que envuelve a lady Flyte, digo, sino ante todo por su reflexiva lucidez. Por su finura de espíritu.

Al vivir en un presente interminable, a la manera de nuestro tiempo, Julia Reis puede ser «fácil presa de los perdidos barcos de la noche»... pero no así Julia Flyte, que es consciente de mil matices, sabe conjugar los tiempos pasado y futuro, y posee en todo momento una intensa vida interior. Por eso sus errores no formarán nunca una cadena de eslabones iguales. No serán repetitivos, rutinarios. Nadie podrá decir nunca que es fácil encontrarla «bajo cualquier portal o en el asiento trasero de algún coche abandonado».

En resumen: La elegancia es una virtud, y la reflexiva lucidez lo es aún mayor (por su mayor cercanía al Logos). De ahí que Julia Flyte, incluso en los peores momentos de su vida, posea una calidad moral claramente superior a Julia Reis.

Y, sin embargo (y ahí vuelvo a conceder), ni la elegancia y la finura de espíritu hubieran sido capaz de redimirla. Pues, en efecto, sólo el amor y la Gracia redimen.

PS