martes, 1 de diciembre de 2015

Luri


De los Aforismos que nunca contaré a mis hijos de Gregorio Luri (La Isla de Siltolá, 2015) el Barbero del rey de Suecia ha extraído unos cuantos que yo quisiera que mis hijos se memorizaran. Van:


El dios de la democracia tiene más místicos que teólogos. 
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La verdad es… la fe del filósofo. 
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Hay políticos que creen que la mejor manera de resolver un problema es insultarlo. 
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Más me sé a mí mismo con el “sé” del sabor que con el “sé” del saber. 
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Cualquier tarugo sabe reírse de sí mismo, lo difícil es tomarse en serio, para eso se necesita la más fina de las ironías. 
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La indignación moral es la forma más engolada de narcisismo. 
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Pobres, los generales que dirigen ejércitos de ateos. 
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Pensar es tropezar y, en lugar de lamentarse, sorprenderse. 
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Si no tienes coraje para ser leal ni para ser desleal, no eres nadie. 
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El sueño del maestro moderno, al que le repugna la palabra autoridad, es que sus alumnos le obedezcan sin tener que dar órdenes. 
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En cualquier discusión debería considerarse ganador el que ha aprendido algo.. que con frecuencia es el derrotado. 
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Debemos al cristianismo tres cosas fundamentales: […] y la mala conciencia, que es lo mismo que decir la gran literatura. 
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¡Cuántos hay que por sentirse débiles se creen dignos de respeto! 
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La autoridad de los padres permite a los hijos tener aliados poderosos para vencer a los monstruos de debajo de la cama.




4 comentarios:

Aitor Suárez dijo...

Una precisión ortográfica: En el aforismo que dice "Más me sé a mí mismo con el “se” del sabor que con el “sé” del saber", ambos sés (también el de sabor) deben ir acentuados, pues "sé" (de "saber a algo") igualmente viene del verbo "saber", aunque obviamente en otra acepción.

Aparte de eso, ¿quién sabe a lo que sabe? ¿Quién conoce su propio sabor?

Gregorio Luri dijo...

Muchas gracias. Un honor.

Anónimo dijo...

"Debemos al cristianismo tres cosas fundamentales: […] y la mala conciencia, que es lo mismo que decir la gran literatura". Tal como figura ahí la frase, habría que entender, pienso, que no puede haber gran literatura sin cristianismo. No creo que quien haya leído, sin ir más lejos, a Homero, pueda suscribir razonablemente semejante cosa. Ni quien haya leído, en general, toda la gran literatura anterior al cristianismo, o toda la gran literatura ajena a él. Que el cristianismo ha producido, o colaborado a producir, gran literatura, me parece indiscutible, y bastarían Dante o San Juan de la Cruz para probarlo. Pero que existe gran literatura que nada tiene que ver con él, me parece igualmente incontestable.

Gregorio Luri dijo...

Aitor: Aceptado el tirón de orejas por las tildes. Respecto al propio sabor: eso tan conocido de ti mismo con lo que te reencuentras y que tiene tanto, según los casos, de dulce, salado, ácido y amargo.

Anónimo: Pues también tiene usted razón. Hay gran literatura que no le debe nada al cristianismo. Pero los veinte siglos de profundización en el alma que llevamos, algo tienen que ver con mucha gran literatura.

Me vuelvo a mi casa corregido y, por lo tanto, aumentado. Gracias a los dos.