sábado, 11 de noviembre de 2017

Hijos


A veces lamento tener sólo dos hijos, y en parejita, encima, para que todos los progres del mundo me den, con muy buena intención, su más hirientes enhorabuenas. Pero la Providencia es sabia, porque con más hijos me estallaría el corazón. Con dos ya voy tambaleándome.

Primero, el "Autorretrato autorretratada" de mi escheriana Carmen. Hace una "mise en abyme" que me abisma, sin decir nada del desorden, tan paterno de la paleta y los pinceles tras la obra terminada.

Segundo, Enrique tiene hoy convivencia en el colegio y los padres lo tenemos que llevar. Le digo: "Hijo mío, no tengo ningunas ganas ni tiempo, ¿por qué no nos la fumamos?" No me dice: "Porque tengo que ir" o "Porque me divierte mucho", que son argumentos, el positivista y el hedónico, que yo rechazaría de un manotazo. Me dice: "Papá, he dado mi palabra". 

No hay más que hablar, naturalmente. Nos vamos.




1 comentario:

Ana R. Agüero dijo...

Está espectacular el blog últimamente. Me da pena no comentar con más frecuencia. Pero esta entrada es impresionante: la Providencia es sabia porque con más hijos me estallaría el corazón... ¡Qué belleza!
Algo así me dijo una vez mi padre (nosotras también somos dos). Y no está reñido con la exigencia educativa, como he visto en él y en tu blog.