domingo, 20 de mayo de 2018

Propina


En una fiesta, un señor amigo que me lee con cariño dice al oído de una señora antes de presentarme: "Es un escritor estupendo". La elegante señora sonríe y le pregunta al oído, aunque también puedo oírlo: "Pero, ¿vive de escribir?" Ello lo tiene claro y, aunque en el fondo no estoy de acuerdo con lo que implica, me parece bien, natural y lógico, ajustado al contexto y muy en el mundo. Lo aprovecharé como una propina para sumarlo a mi elenco de razones de mi batalla particular.


1 comentario:

Anónimo dijo...

He disfrutado indeciblemente leyendo las siete razones enlazadas. Siete aldabonazos finísimos de sentido común. Se piensa erróneamente que el escritor católico que ha logrado interesar a cierto público católico establece automáticamente una relación gratuita con su nicho de mercado. Barra libre en colegios, parroquias, universidades, etc. Esto no tiene ningún sentido. ¿Por qué ese nicho de mercado va a ser gratuito? ¿Por qué este parasitismo? ¿Por qué no mejor una simbiosis? Deberían ser los católicos, a los que interesa el escritor católico, quienes precisamente le permitieran económicamente la posibilidad de llegar a un público no católico más amplio.

Firmado: un lector que sabe que el trabajador merece su salario.